Encuentro

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—Me pregunto qué dirá cuando sepa que su doctor es el padre de sus hijos...—

— ¿Qué dijiste Tsunade? —

—Nada...—

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— ¿Entonces te gusta ese chico? —decía Tsunade, metiéndose a la boca un poco de pollo a la naranja.

— ¿Qué no puedes dejarme en paz unos minutos? Estoy comiendo—en verdad que estaba molesto, esta vieja me ha estado molestando desde que ese rubio doncel llego.

Digo, sé que es lindo y todo; en especial esos hermosos y grandes ojos azules... y esas bonitas marcas de sus mejillas, que le hacen parecer un tierno zorrito...

¿Qué estás diciendo, Sasuke? ¡¡Deja de pensar en él, por Dios!!

—Admítelo, te gusta; no me puedes negar que es lindo, ¿no? —esta vieja borracha...

—Lo admito, es demasiado lindo; pero recuerda que será padre, y no precisamente son mis hijos...—tomé un poco de jugo de mi vaso, y dirigí mi mirada a la loca de Tsunade.

Se veía algo nerviosa, hasta dejo de comer, y no me veía directamente a los ojos.
Estaba escondiendo algo...

—A ver, ¿Qué es lo que ocultas? —

— ¿Qué? ¿Yo? Nada, nada... solo estaba pensando... jejeje...—movió sus dedos nerviosamente, era obvio que mentía.

—Si no me dices la verdad, tú pagaras la comida...—

— ¿¡QUE!? ¡¡ESO NO ES JUSTO!!—

—Entonces empieza a hablar...—

—Bien... Ahh... como te lo explico... ¿recuerdas que la mayoría de los médicos donan su esperma por caridad una vez al año? —Okay... esto parecía no tener buen camino.

—Amm... si... es una tradición...—una muy rara, de hecho.

—Jejeje...—

— ¿Qué ocurre con eso? —

—Nada, no ocurre nada; solo estoy diciendo que uno de los doctores de aquí es el padre de esos pequeños; solo eso, nada más...—ella volvió a comer tranquilamente, dejándome con una duda existencial...

¿Quién es el padre de esos niños?

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—Bien, al parecer usted y los bebés no tienen nada malo; solo necesita comer un poco más de frutas y verduras... no se preocupe por eso, nosotros nos encargaremos—decía mi compañero, Gaara, revisando al rubio.

—Muchas gracias por decírmelo, creo que sabe que no tenía esto planeado—ese rubio dio una sonrisa sincera, mostrando su brillante dentadura.

—Me lo imagino... si necesita algo, solo presione el botón azul—el pelirrojo mosto un control conectado a la cama, donde había diferentes botones de ayuda.

—Gracias de nuevo...—

—De nada, yo me retiro, creo que tienen algunas cosas de que hablar—Gaara salió guiñando un ojo, sabia a que se refería.

Ambos quedamos en silencio; nadie se atrevía a hablar de nada, hasta me evitaba la mirada.

—Bueno, primero que nada...—

—¡¡¡NARUTO!!!—grito un rubio de cabello largo, vestido con una bata de hospital, parecía haber huido de alguno.

—¡¡¡DEI-NII!!!—exclamo el otro rubio, con una gran sonrisa.

Embarazo por accidenteWhere stories live. Discover now