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Un torbellino de pensamientos atravesaban con fiereza la pobre cabeza de la castaña, carcome en un vaivén de solo cuestión de segundos su buen juicio, mientras que a la lejanía sus tímpanos captaban una voz, tal cual como un eco tan suave, siendo casi una especie de susurro al oído tanto que juraría que aquella persona no estaba en la misma habitación de ella.
Pero era un simple engaño de su propio estado actual.
—Alissa—escuchó como una voz con acento texano le llamaba, para seguidamente sentir un frío toque suave rozándole el antebrazo.
Ella parpadeo varias veces para salir de aquel trance, ni siquiera le estaba prestado atención a la clase de historia, puesto que se había sumergido tanto en su propia mente que olvido por completo su alrededor y lo peor de todo es que no tenía conciencia de cuanto tiempo se había quedo observando fijamente su libro abierto sobre el escritorio.
«Tenías cara de idiota peor que cuando ves al Drácula, bla bla»
La Jones rodó con fastidio sus ojos azules, empezaba a odiar el hecho de que Justin le acompañará a clases por motivos de "seguridad", aunque ni él mismo se lo creía del todo, sino que se ha tomado el trabajo de molestarla con mayor intensidad.
—¿Te encuentras bien, Ally? —preguntó el rubio en un tono de preocupación.
Jasper había notado el repentino "cambio" en la castaña desde que pasó a buscarla a su hogar esa misma mañana, pero no se había atrevido a preguntarle por el simple hecho de saber que Alissa era cerrada cuando algo pasaba.
Lo sabía perfectamente porque de cierta manera, él es así.
La médium no se atrevió a voltear mantuvo su mirada puesta hacía el frente, tal vez debatiendo en tomar la decisión adecuada, no quería preocuparle más, pero eran temas que ni ella conocía.
Un largo suspiro abandonó los labios de la chica.
—Estoy bien, es sólo que...—titubeó con voz baja para que él solo le oyera. —Ayer tuve una charla vía telefónica con mi abuela— comentó, a la vez que una mueca, hizo acto de presencia en sus labios.
—¿Y qué sucedió?—indagó con una creciente curiosidad el rubio.
—Finalizo la llamada diciendo insidious—mencionó la chica, sin saber como se pronunciaba correctamente la última palabra.
Ella sabía que era latín por la terminación en "us" pero no su significado.
