VIII

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Capítulo 8.

Salimos de la oficina del director, al parecer creyó la historia de Ezra donde nuestros padres morían en un terrible accidente de auto, y mis queridos hermanos mayores dejaron sus estudios para trabajar y poder alimentarme, y ahora que éramos estables, los tres queríamos terminar el instituto, a excepción de Ezra, que fue el único en su historia ficticia que si terminó una carrera, conveniente ¿no?

Al aparecer director terminó conmovido por nuestra trágica vida y nos aceptó al instante, al menos me alegra no tener que haber usado persuasión en el, quería hacer todo lo más normal posible, al menos en horas de escuela.

—Voy a recorrer un poco los pasillos, quiero ver que tan cambiado esta todo. —Ezra solo levanto su pulgar dándome a entender que estaba de acuerdo, estaba en una llamada con quien sabe quien. —¿Quieres ir? —Pregunte a Michael, solo asintió y siguió mis pasos.

Le iba contando un poco de mi vida anterior en estos pasillos, el solo me escuchaba atento con una tierna sonrisa, hasta que llegamos al área deportiva, y nos sentamos en una jardinera bajo un árbol.

—¿Te hace mucha ilusión, eh? — Cuestionó Mike mientras miraba el cielo con una sonrisa.

—¡Si! De verdad no saben cuanto les agradezco. —Agradecí sincera. — Esta parte de mi vida es muy importante para mí, Michael solo asintió y paso su brazo por mis hombros.

—Cualquier cosa por nuestra Venus.—No pude evitar sonreir, no se que haría sin ellos.

Una pelota de fútbol pego en nuestros pies, llamando nuestra atención, hasta que alguien nos llamó, al subir la mirada, mis ojos se toparon con una melena rubia, era el mismo chico de la fila.

—¡Hey! —Exclamó el rubio llegando hacia donde nosotros. —Lo siento, ¿no les hemos dado a ustedes verdad? — Pregunto apenado, solo negamos. —¡Me alegro! Soy Luke, Luke Hemmings. —Dijo extendiendo su mano hacia nosotros, mi mirada se clavo en su muñeca, donde descansaba una pequeña pulsera roja, idéntica a la mía, esto tenía que ser una broma.

—Michael Salvatore. —Respondió mi hermano tomando la mano del chico a modo de saludo.—Ella es mi hermana Ve...—No termino hablar cuando lo interrumpí.

—Mucho gusto Luke, pero tenemos que irnos, hasta luego. —Dije tomando a mi hermano por el brazo para obligarlo a caminar a mi lado, dejando a Luke con el ceño fruncido.

—¿Qué acaba de pasar? — Pregunto Mike confundido frenando su paso.

—Nada, solo volvamos con Ezra y Ash ¿si? —Dije mientras acomodaba algunos cabellos sueltos hacia atrás, lo que causó que la manga de mi sudadera resbalara un poco, error, pues Mike clavo su mirada en mi muñeca.

—Venus Salvatore, acabas de cagarla ¿verdad? ¡No tenemos ni un mes en esta ciudad y ya la cagaste por completo! — Dijo Michael serio.—Ese tío tiene la misma pulsera que tu, por eso no me dejaste terminar tu nombre ¡lo conoces! — Apuntó hacia mí con su dedo índice, no podía estar más avergonzada, me había descubierto, su semblante cambió repentinamente a uno de sorpresa. —Esta vez no he sido yo el que la ha cagado en menos tiempo. —Dijo para si mismo con una sonrisa.

—Michael por favor, no le digas nada a Ezra, al menos no por ahora, lo haré yo. — Suplique a mi hermano con la mirada más sincera que pude, este solo bajo su mirada para observarme.

—¿Ese chico representa algún riesgo para nosotros? —Pregunto serio, inmediatamente negué. - Bien, no diré nada.— Paso su brazo por mis hombros y seguimos caminando hacia donde mis hermanos, agradecí internamente que Michael me acompañará, si hubiera sido Ezra, seguro ya estaríamos empacando, o probablemente Luke estaría muerto ahora.

Ahora que lo pienso, cambió demasiado, aunque era obvio, habrían pasado 10 años, ¿que edad tendría ahora? ¿19? ¿20? La pubertad le había sentando bien.

Llegamos con Ash y Ezra, al parecer sólo nos estaban esperando.

—Estábamos por ir a buscarlos, tenemos que ir a casa, urgente. — Comento serio Ezra mientras se encaminaba para ir fuera del edificio, los 3 sólo nos miramos por un segundo, coloque mis gafas por encima de mi cabeza y seguimos los pasos de Ezra.

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—¿Y bien? ¿Nos dirás que esta pasando?—Pregunto Ash impaciente mientras entrábamos por la puerta principal.

El camino había sido en absoluto silencio, nadie se atrevía a preguntar algo, aunque teníamos los sentidos en alerta por si alguien o algo se nos cruzaba.

—Relájense, estamos a salvo, solo quería llegar a casa, les tengo una sorpresa. — Comento Ezra escribiendo algo en su teléfono, el alivio llego a nosotros.—Bien, ahora que han decidido terminar la preparatoria, no pueden ir en un bus todos los días ¿verdad? — Los 3 lo miramos con el ceño fruncido cuando un claxon se escucho por fuera de la casa. —Sorpresa hermanitos, es mi obsequio para ustedes. —Dijo Ezra sonriente, abrimos los ojos a tope mirándonos entre los tres, y salimos corriendo a la puerta principal.

En la acera se encontraba una Jeep negra, casi igual a la que usábamos, solo que esta se veía que era un modelo reciente, miramos a Ezra con la boca abierta, este solo río.

—Necesitarán algo en que moverse todos los días, y a mi me han aceptado en el hospital de San Diego, no podré llevarlos todos los días. — Explicó encogiéndose de hombros.

—¡Gracias! — Exclamamos Ash, Mike y yo al mismo tiempo en que corríamos a abrazar a Ezra.

Agradecimos al empleado de la agencia que se encargo de traer la camioneta, el cual se retiro en el momento, así que entramos a la casa para disfrutar el resto de la tarde, por lo que el asunto de Luke pasó a segundo término.

𝔈𝔱𝔢𝔯𝔫𝔦𝔡𝔞𝔡 || lrh.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora