Capítulo 3: Cucharita

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Menos de una hora después, Hope está dando los últimos toques a un sketch que había empezado hace tiempo. Todavía está en la cama, todavía tiene el brazo sorprendentemente tonificado de Josie envuelto en su cintura. Las clases empiezan en quince minutos más o menos y Hope sabe que si no despierta a Josie, ambas llegarán tarde, pero una gran parte de ella se siente muy reacia a moverse. Josie de alguna manera añade otra agradable capa de calor al cuerpo normalmente calentado de Hope y es mucho más suave de lo que Hope pensó inicialmente.

Además, la frustró un poco el hecho de no haber tenido tiempo de terminar el dibujo. Normalmente Hope trabajaba delante de Josie y la mayoría de las veces Josie la dejaba trabajar, pero éste dibujo en particular era para Josie. Era de una parte nueva del lago que Hope había encontrado en una de sus salidas a correr hace mucho tiempo. Cuando se encontró con él, tuvo un día particularmente malo y Hope había corrido con la intención de mantenerse alejada por el mayor tiempo posible.

Corrió por la orilla del lago que todos conocían hasta que encontró la parte que todos pensaban que era el final, que resultó no ser en realidad el final en absoluto. Hope no había sido amiga de Josie entonces, así que no tenía a nadie a quien mostrarle. Ahora quiere mostrárselo a alguien, específicamente a Josie, pero necesita llegar en el momento adecuado.

—¿Me estás dibujando? —Josie pregunta cansada, con los ojos todavía cerrados, sus dedos rozando ciegamente el borde del aburrido lápiz de Hope. Hope adivina que Josie aún no ha visto su dibujo, pero aún así entra en pánico y pasa rápidamente a otra página.

—No —ella miente—. Sólo son garabatos. Pero prometo que te dibujaré en otro momento.

—Bien. —Josie bosteza y se enrosca aún más alrededor de Hope.

Josie parece querer algo más por la forma en que se está enterrando en el colchón, tirando de uno de los brazos de Hope. Hope deja su cuaderno de bocetos en la mesa de noche con un pequeño suspiro, dispuesta a entretener a Josie un rato aunque realmente se tengan que ir. Luciendo tan feliz como alguien parcialmente dormido puede, Josie tira de Hope hasta que ambas están de lado y Hope se confunde por un segundo antes de darse cuenta de lo que está pasando.

—No soy una cucharita.

—Mentira —Josie responde—. Eres perfecta para una cucharita, acéptalo. Además, eres muy cálida.

Hope se ruboriza con un rojo intenso por los abrazos y las palabras de Josie.

—Lo sé. Siempre estoy caliente, soy una tríbrida.

—Entonces, ¿qué fue toda esa queja en la fiesta de que te congelaste la cola?

—Uno, nunca dije cola —ella dice, con más vergüenza al pensar en las cosas que pudo haberle dicho a Josie estando borracha—. Dos, puede o puede que no haya querido quedarme allí por más tiempo.

Josie sólo tararea divertida en eso, no dice nada más. No se intercambian palabras, pero Hope siente que su agarre se hace más fuerte, un poco más firme, y se hunde en él, dejando que sus brazos se enreden y sus manos se agarren. Eso está en la larga lista de cosas físicas aleatorias que a Hope le gusta hacer con Josie.

Tal vez Hope todavía no sea la mejor con las palabras, tal vez siempre está pensando que sus seres queridos desaparecerán si hace algo malo, pero esto la hace sentir cien veces mejor. Sostener a Josie (o ser sostenida por Josie) de ésta manera hace que el mundo parezca mejor, como si todo lo que a Hope le importa fuera más fácil de sostener.

Uno de sus teléfonos vibra, causando un zumbido sordo que recorre la habitación. Les recuerda a ambas que tienen clase.

—Mierda. ¿Qué hora es? —Josie se sienta.

Ésta Noche Te LlamaréWhere stories live. Discover now