O1: Eterno.

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(Narrador: Monika)


Creo que ha de ser el final, la despedida que había previsto, y retrasé con artimañas y engaños baratos, pero ahora, lo que creí sería eterno, empezó a derrumbarse.

El club se caía a pedazos... con mis únicas amigas dentro.

No podía quedarme aquí, sola, en un computador, como una copia de mi personaje, esperando el momento a poder volver al club, y pedirle perdón a todas, incluso a MC. ¿Y para qué?, para tener una segunda oportunidad y volver a ese lugar, al que llamaba "hogar", y así ganarme el perdón de todas, para volver a ser la misma persona.

MC no volvió, el juego simplemente se quedó en su computador, debía ser borrado para que todo se reiniciase, pero parece que por nostalgia, o vaya a saber qué, el chico o chica detrás de MC, decidió conservarlo, por más que no fuese jugable... y aquí venía el castigo.

El juego se descompondría solo, hasta que solo sea un par de códigos y números, sin personajes, sin archivos guardados, era el fin definitivo, y estas pobres chicas no podrían salir de allí, morirían como personajes del juego, y solo yo podría escapar.

¿Qué valor tiene ser un ente omnipresente, si estoy destinada a estar sola?

Tomé una decisión, me quisieran o no, yo aún seguía teniéndolas en mi corazón sintético, así que me quedaría con ellas, eran mi todo, y si iba a morir, debía tener su perdón.

(Narrador: Me)

─Chicas, ¿por qué las paredes se derrumban?, ¿pasa algo?─ preguntó ingenuamente la de cabello rosa.

─No sé, quiero cruzar la puerta del club, pero no hay nada, y detrás de las ventanas... solo veo el espacio, estrellas, nubes de gas, y nada más, ¿esto es el espacio exterior?─ preguntó la de cabello salmón, rascándose la cabeza.

─Al parecer sí, nuestro salón está flotando en el medio de un vacío cósmico, y se está derrumbando, pedazo por pedazo─ habló esta vez, la de cabello morado.

─¿Qué hacemos?, ¿moriremos a caso?─ preguntó con nerviosismo la más pequeña.

─Bueno, la muerte no es tan mala, Natsuki─ habló la de cabello salmón.

─Sayori... algunas personas sí se interesan en vivir, así no la calmarás─ interrumpió la más alta.

─Pero Yuri...─ la chica fue interrumpida.

Una especie de resplandor blanco apareció en una esquina del salón, donde solo había un pupitre vacío, y sobre este, una chica se sentó. Yuri solo abrazaba a la más pequeña de las tres, y Sayori solo miraba la escena desde otra esquina del salón, confundida.

Las chicas miraban a la cuarta joven del salón flotante, una chica de cabellera castaña, casi tan alta como Yuri; mirando a las tres con algo de miedo, temía que reaccionaran violentas.

La que tardó muy poco en reconocerla fue Sayori, ni ella misma sabía porqué, pero al parecer, su memoria había borrado a la castaña inconscientemente. Yuri y Natsuki tardaron un poco más, hasta finalmente, sonreír.

─¡Monika!─ exclamaron todas al unisono.

─¡Chicas!─ exclamó la castaña, corriendo a abrazarlas.

Las cuatro, sentadas en el suelo, sonriendo y contagiándose el calor, mediante un gran abrazo muy necesitado de parte de todas. La castaña se separó y contempló a las tres, sus memorias habían regresado, pero lo único que no recordaban eran las hazañas de la castaña, en contra de ellas, y eso lo notó al ver en sus códigos; solo mirando unos segundos en los ojos de cada una.

─Chicas... perdónenme─.

─¿Por qué?, ¿porque tardaste en aparecer mágicamente en el salón?─ preguntó la de cabello rosa ─Por cierto, ¿cómo diablos hiciste eso?─.

─Aah... digamos que no soy lo que creen... mejor siéntense─.

Todas obedecieron y como si de una rueda infantil se tratase, en el suelo se sentaron, formando un círculo, y la castaña habló. Dejó a alguna con la boca abierta, a otra fascinada, y a otra muy pensativa.

Lo único que no les contó, fueron las cosas horribles que hizo, después de todo, no quería asustarlas más, probablemente creerían que estaban con una asesina dentro de un salón flotando en un vacío cósmico, y eso no las tranquilizaría más. Quien sabe, quizás diciéndoles, alteraría sus códigos y se volverían locas.

J'suis pas dupeWhere stories live. Discover now