O3: No te despidas, querida.

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(Narrador: Monika)


Fue difícil calmar a las otras dos, y la verdad, no quería que este infierno tuviera que ser vivido por ellas, preferiría que fuese por mi, pero después de lo que dijo Sayori, lo pensé bien. La muerte es un regalo, no un castigo, y suponiendo que ellas habían pasado junto a mi, muchos años en un juego, pero con menos libertad que yo, se podría decir que morir ahora, sería liberarlas de ese castigo.

Cuanto amo las enseñanzas de Sayori... y a Sayori también.

Noté que Yuri estaba muy nerviosa, se carcomía la cabeza pensando que la siguiente era ella, o peor, Natsuki, y eso hacía que no dejara de pensar en que hacer para aprovechar el tiempo con su amiga. La veía arrancando algunos de sus largos cabellos, y arañándose los brazos... al menos no se estaba cortando, eso era un progreso.

Natsuki solo la veía caminar de un lado a otro, pero parecía molesta, y en sí, tenía todo el derecho.

─¡Deja de estresarte, loca, deja de pensar en como vivir el día junto a mi, y vívelo simplemente!─.

─Ese es el tema, Natsuki, no quiero despedirme... no quiero dejarte, no quiero que me dejes... por un momento... deja que vea como arreglar esto─.

─¿Qué vas a hacer?, ¿posponer el final?, mejor acéptalo─.

─¡¿Podrías dejar de ser tan insensible por un maldito minuto?!─ gritó la de cabello morado, dejando sin habla a la más pequeña, que solo se apartaba unos pasos atrás, por miedo.

Rápidamente intervine, le dediqué una mirada tranquilizadora a Natsuki, y tomé a Yuri de los hombros, alejándola de la chiquilla, y así, llevándola a otro rincón.

─Yuri... no hay nada que temer─.

─No es eso... no tengo miedo a la muerte como un... castigo, regalo, final o comienzo, temo que esta me separe de... me separe de...─.

─¿De Natsuki?─.

─Sí, y de ti también, porque obviamente te aprecio pero... a Natsuki digamos que... la quiero un poquito más─.

─Ajá...─.

─No estés enojada por favor, no puedo comprender mis sentimientos─.

─Yo tampoco... supongo que es por esta... realidad, incomprensible para mi, pero no para ustedes tres... digo, dos─.

─Sé que te duele aún... no tienes que guardarte ese dolor, compartamoslo, eso haría Sayori─.

─Temo que conozco a Sayori un poco más que tú... pero bueno, dime que te pasa, te escucho─.

─Bueno... digamos que la muerte, desde mi perspectiva, es una despedida... una horrible despedida, y tomando en cuenta que en cualquier momento Natsuki o yo nos esfumaremos en una nube de polvo, quiero despedirme bien de mi Natsuki, por una vez en la vida, quiero hacerlo bien... no quiero que me odie─.

─Ella no te odia─.

─Eso parece a veces─.

─Bueno... tendrás que hablarlo con ella, pero por mi parte digamos que... el consejo del día sería este: Dile lo que tu hermoso y alocado corazón exprese y... bésala─.

─¡¿Q-que haga qué?!─.

─Tú misma has dicho que un beso expresa más que cualquier palabra melosa─.

─Bueno... aún tengo miedo a la muerte, no me quiero despedir─.

─La muerte no es así, es un regalo, piensa que serás libre el resto de la eternidad, junto a nosotras, y junto a Natsuki─.

─¿Crees que funcione?─.

─Haha, le estás hablando a un ente omnipresente que ha visto cientas de rutas y futuros, por supuesto que sí, Yuri, funcionará─.

─Entonces... me debo despedir─.

─No te despidas, querida... la muerte no es el final─.

─Bueno... lo intentaré─.

─¡Tú puedes Yuri!─.

Vi como mi bella amiga de cabello morado, se levantaba del pupitre donde previamente se había sentado, y caminaba hacia la menor. Esta se sobresaltó, pensando que la más alta haría algo peligroso, pero no, vio como la otra tenía una expresión tranquila, y la dejó pasar, para que admirara las estrellas desde esa ventana.

"Estoy lista para hablar, Natsuki"

J'suis pas dupeWhere stories live. Discover now