A red dot in the darkness (Moshang)

Capítulo 7: Huyendo de sombras

Advertencia: Descripción un poco detallada del cadáver en el quinto párrafo. 

El Señor Han tenía una esposa y dos hijos. No era el más querido en el pueblo, su temperamento muy explosivo sobre todo cuando estaba embriagado. Lo cual pasaba con mucha frecuencia. Pero en otras circunstancias era muy trabajador y servicial con los demás. Shang Qinghua no disfruto de ese lado de su personalidad, el hombre siempre dedicándole las peores miradas al verlo, estando borracho o sobrio. Era un gran amigo de su padre decían los rumores y uno de los muchos que le advirtieron la pésima idea que era abandonar su posición por la mujer que amaba.

Aunque, al igual que con la mayoría de los aldeanos, Shang Qinghua lo tenía metido en una bolsa mental titulada "Lo tolero por mi bien" no negaría que le había deseado mal en varias ocasiones, solo...solo nunca fue tan gráfico o cruel.

Viendo el estado del cuerpo del Señor Han ahora sabía lo que era crueldad.

Era imposible no mancharse los zapatos de sangre si se deseaba ver el cuerpo con mayor cuidado. La sangre estaba esparcida por un gran área en el suelo, pero eso era lo de menos.

El rostro del hombre era irreconocible, donde había músculos y piel ahora no era más que una masa de tejido apenas sosteniéndose al cráneo de la persona. Ambos muslos habían sido reducidos a huesos, pero el resto de la pierna seguía intacta. Toda la sección del abdomen y el tórax completamente cubiertas de sangre con algunas vísceras tiradas en el piso

Toda la escena causó que solo los valientes pudieran quedarse a mirar, el morbo más que la preocupación siendo al principal razón de su presencia. Otros no tan fuertes, estaban gritando o vomitando cerca de la escena. Los amigos del Señor Han retenían a su esposa cuyos alaridos resonaban en toda la aldea pidiendo ver a su marido.

Era un acto de amabilidad, si su esposa fuese a ver el estado actual de su marido era imposible que mantuviera la cordura.

No se podía decir lo mismo de los hijos del Señor Han, las mentes curiosas de los jóvenes a veces demasiado peligrosas para su propio bien. Después de escabullirse, ahí estaban parados como estatuas frente a los restos de su padre.

Shang Qinghua llegó en medio del revuelo siendo escoltado por dos guardias, las miradas que algunos aldeanos le dirigían eran peores de lo usual haciéndole dudar si estaba siendo escoltado a la horca o hacia el jefe de la aldea.

Entre las personas que estaban lo más cercanas al pueblo estaba el jefe de la aldea, el padre de Chang Gui y su "tío", seguido del Señor Qin.

"Jefe Shang, Shang Qinghua rompió el toque de queda" anunció el guardia apretando su agarre en Shang Qinghua cuando sintió el cuerpo de este temblar.

"El último de mis problemas ahora es si alguien regresó tarde o no"

"Jefe Shang ¿No escuchó bien quién fue quién lo hizo?" uno de los aldeanos habló, su mirada buscando ganar favor con el jefe y causarle miseria a Shang Qinghua.

Fue cuando el robusto hombre despegó su mirada del cuerpo y se posó en Shang Qinghua cuando este vio toda su vida frente a sus ojos. Si había alguien en esta aldea a quién evitaba como una plaga por temor a algún día perder su vida, ese era definitivamente su tío.

"¡Tú! ¿Dónde estabas todo este tiempo?" Preguntó el hombre, sus ojos llenos de ira sea por la nueva amenaza a la seguridad de la aldea o simplemente por haber visto a Shang Qinghua.

"A-a-abuela, ca-casa de mi-mi abuela" Shang Qinghua no era tartamudo, pero no podía evitar hacerlo cada vez que era interrogado por su tío. Creyó escuchar a algunos aldeanos riéndose de su lamentable estado y ya no sabía si debía abrir la boca para la próxima pregunta.