Capítulo 9: El desenlace

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Advertencia: Contenido nsfw cercano al final. 

Los guardias regresaron después de una hora al depósito. Ese era el trato que habían hecho con Shang Gui. Una hora y el problema estaría resuelto.

Los que los esperaba dentro del almacén hizo que ambos hombres soltaran sus armas y salieran huyendo, gritando por ayuda.

El plan había salido mal.

Las discusiones en el salón aquella tarde habían terminado, pero las sospechas hacia Shang Qinghua seguían vigentes. Solo un tonto tendría al asesino frente suyo y lo dejaría escapar. Pero primero, necesitaban entender mejor la situación y ¿Qué mejor forma de hacerlo que preguntar a las dos únicos defensores de Shang Qinghua en este pueblo?

El Señor Qin se hizo el tonto la primera ronda de preguntas, pero tan pronto una de las familias ricas agregó dinero a la negociación, las respuesta empezaron a fluir con facilidad.

Meng Zixun era el amigo de Shang Qinghua de años, ciertamente sería más difícil sacar respuestas de él. Para la sorpresa de todos, no lo fue.

"Cada vez que lo acompañaba al bosque, me sentía observado por algo. No sé qué era, pero me llenaba de terror. La posible unión de Shang Qinghua con esta bestia me asusta, tenemos que ayudarlo"

"¿Ayudarlo? Pues sí, claro que lo ayudaremos"

"Más ahora que su abuela esta muy enferma, cerca de morir"

"¿En verdad la bruja esta mal?"

"Ayer la visitamos, su muerte se acerca" Los ojos llenos de lástima de Meng Zixun por la aterradora bruja solo reforzaron la imagen que todos los aldeanos tenían de él: la de un joven que era demasiado bueno para su propio bien.

Una percepción que estaba muy lejos de la realidad.

El plan era sencillo: Visitar a la abuela enferma y llevarla a la aldea para que fuera usada como rehén en contra de Shang Qinghua, con la bruja bajo la custodia de los aldeanos ya Shang Qinghua no podría atreverse a atacar a más de ellos a menos que desee que ya la efímera vida de su abuela se extinga por completo. Antes, la sola idea de acercarse a la cabaña de la vieja dejaba a los aldeanos aterrorizados, pero cuando el Señor Qin habló de como la salud de esta estaba tan frágil que apena y la barrera se podía mantener les dio el coraje necesario para invadir el territorio de la bruja.

Las acciones de Shang Qinghua eran predecibles: Su abuela estaba cerca de morir, el trato con la aldea a punto de romperse, en un intento de preservar su miserable vida hizo un trato con una bestia para que uno a uno los aldeanos murieran. Cuando ya la población este casi escasa y temerosa se establecería como el nuevo líder.

¡No podían dejar que eso pasara!

Abriendo de una patada la puerta de la cabaña de la bruja, hombres armados se apresuraron a secuestrar a la anciana.

Pero la cama estaba vacía.

Toda la residencia estaba desierta.

Las campanas de emergencia sonaron a la distancia. El grupo de aldeanos a cargo del plan no sabía sin dejarse consumir por la ira o el terror cuando llegó la noticia de que Shang Gui y su pandilla estaban muertos en el depósito. Sus cuerpos despedazados, como si el animal hubiera atacado no para alimentarse, solo para matar.

Peor aún, Shang Qinghua había desaparecido.

La plaza central de la aldea era donde fueron depositados los cuerpos mientras se esperaba que estuvieran listas las tumbas. Cinco familias habían perdido a un hijo y una de ellas había perdido a ambos. El jefe Shang miraba el cuerpo desmembrado de su hijo con una expresión vacía, su cuerpo solo una cascara del hombre que solía ser.

A red dot in the darkness (Moshang)Where stories live. Discover now