TodoBaku (🍋)

*Regalo de cumpleaños 🎀

Continuación del capitulo Cumpleaños 7w7
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Plan C
Comer soba y después pastel... entrar al cuarto de Shoto ¿¡que estaba decorado?! Pétalos, velas, corazones...
Malditos idiotas...Bakugou los mataría después...
¡Espera! ¿Qué? ¿¡Yo seré el regalo de Shoto!? ¡Ni de coña! ¡El chocolate y la crema batida era para hacer brownies y galletas! ¡No son para que me los pongas encima! ¡NO!

- Así que esto también es parte de mi sorpresa de cumpleaños.- hablaba Shoto mientras arrinconaba al menor rumbo a su cama, la cual ahora se veía sumamente tentadora debido a la decoración.

- ¡No! ¡Claro que no! - exclamaba el ojirubí, posando sus manos sobre los hombros del bicolor, con la intención de frenar su avance. Sin embargo, Todoroki ya tenía al cenizo donde quería y simplemente apoyó su peso contra él para que ambos cayeran a la cama. - ¡Mm! ¡Mmm! Mmm... - trataba de quejarse el menor entre los besos que el heterocromático le daba.

Pero aquellos intentos de insulto solamente le hacían más fácil el trabajo al mayor, ya que así podía abrirse paso en la boca de su amante con su lengua, logrando una batalla entre ambas, donde al final, a ambos les faltó el aliento.

- Es un lindo detalle de tu parte el dejar crema batida aquí.- le susurro el medio albino para después lamer y besar el oído del cenizo, mientras que tomaba dicho ingrediente del costado de la cama.

- Yo no... mmm... ah... ya... aléjate, bastardo... - Katsuki trataba de resistirse lo mejor que podía a las caricias, pero su novio sabía exactamente cómo hacer que su cuerpo se perdiera en el placer. Donde sea que sus manos lo tocaran su piel ardía, el sentir su aliento tan cerca lo hacía estremecer y esa heterocromática mirada tan intensa que sólo iba dedicada a él lo exitaba como nada en el mundo.

Y así fue que sin mucha resistencia, el cenizo quedó completamente desnudo y caliente.

- Este es el mejor cumpleaños del mundo, y todo gracias a que te tengo conmigo... gracias Kats.- comentó Shoto con una sonrisa, haciendo sonrojar a su amante. Y sin previo aviso, el bicolor pasó a lamer uno de los pezones del ojirubí mientras pellizcaba el otro con una de sus manos. Después de unos segundos, pasó a poner un poco de crema batida en ambos pezones del menor. - Te ves delicioso, mi Katsuki. - gruñó para después relamerse los labios y pasar a saborear a su amado.

- ¡Hmm! Eres... ah... un imbécil pervertido... mmm... - gemía el cenizo con uno de sus brazos tapando su rostro; y es que cada vez que el bicolor volvía a ponerle la fría crema batida, su cuerpo se estremecía. Al principio sólo lamía su pecho, pero luego pasó a poner crema por todo su abdomen al mismo tiempo que el mayor lo comenzaba a masturbar, haciendo que él arquera la espalda y reprimiera sus gemidos.