8» fuerza y amor.

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Minho se encontraba cansado, revisaba su reloj a cada rato para asegurarse de que faltaba menos tiempo. Ya quería irse y hundirse en su cama.

Mientras limpiaba la barra, escuchó el carraspeo de alguien. Alzó su vista encontrándose con un par de chicos y chicas sonriéndole coquetamente. Frunció el ceño por unos cuantos segundos hasta que reaccionó, tenía que mostrarse amigable.

—¿Gustan algo?— preguntó un poco tímido sintiendo la mirada de los chicos. No le daba buena espina.

—A ti— susurró uno de los chicos mientras chocaba puños con una de las chicas.

Esbozó una media sonrisa ocultando aquella mueca. Se decía mentalmente que ya faltaba poco para terminar su jornada y se podía librar de esos pesados chicos.

—Hey... ¿No responderás?— hizo un puchero.

—Disculpa, no escuché...— mintió—, ¿podría volver a repe...

—Inocente y lindo, ¡qué más podemos pedir!— dijo una de las chicas agitando sus brazos emocionada.

No era la primera vez que ocurrían ese tipo de cosas, aunque usualmente quién más sufría coqueteos de entre todos los trabajadores, era Felix, solía ser muy popular entre chicos y chicas. Le había sorprendido que no se hubieran acercado a éste, cuando literalmente estaba cerca a Minho; él consideraba que al lado de Felix, no alcanzaba ni a ser considerado una cara bonita o cuerpo bonito.

—Mjm— Minho volvió a fingir una sonrisa. Continuó con su trabajo intentando ignorar la mirada de aquellos chicos pero sus manos ya habían comenzado a temblar.

—¿No tardas en salir?— preguntó otro de los chicos con un tono coqueto. Definitivamente hoy no era su día de suerte—, te podemos acompañar a tu...

—Tengo planes, disculpa— si con planes se refería a hundirse en su cama hasta que reaccionara en cualquier momento del fin de semana, sí, planes, de esos que son sumamente importantes y tu vida depende de ello.

—¿En qué? no pareces ser el tipo de chico que sale mucho, por eso nos acercamos. Nos llamaste la at...

—Mi pareja— una vez más mintió. ¿Pareja? él mismo se estaba riendo de sus palabras internamente. Nunca había tenido pareja oficialmente y en esta ciudad ni siquiera tenía la suficiente valentía como para atreverse a tener una.

—¿Ah sí?— arqueó una ceja—, ya veremos...

Tragó en seco mientras veía como se perdían entre la multitud. Al parecer estaba en problemas. No, no podía ser así.

Lo más probable es que estaban ebrios, desesperados y ni siquiera sabían lo que decían. En cualquier momento olvidaría la escena, se irían del club y le dejarían en paz, porque eso siempre pasaba. Siempre. Esta no podía ser la excepción.

Pero cuando vio su reloj de mano dar las 4:25 a.m y notar que los chicos aún no se marchaban, más a parte que de vez en cuando se acercaban a él. Supo que sí, tal vez estaba en graves problemas.

Estaba tenso, así que cuando sintió alguien tomar sus hombros saltó a la defensiva. Se giró para encontrarse con Seungmin mirándole confundido.

—¿Qué... fue eso?— frunció el ceño—, ¿Pasa algo? te noto raro.

—Sí— tuvo que ser honesto. No podía mantenerse tranquilo. Eran 4 chicos contra uno, tenía miedo. Sí, miedo de que unos chicos que le estaban coqueteando en estado de ebriedad.

—¿Los chicos que se acercaron a ti?— hizo una mueca—. Si es eso, deberías ignorarlos. No es la primera vez que te pasa... ya sabes que luego se les olvida.

𝑪𝒐𝒎𝒆 𝒕𝒐 𝒎𝒆 [𝑴𝒊𝒏𝒔𝒖𝒏𝒈]Where stories live. Discover now