Oblivion - THORKI -TERMINADA-

Unidos por primera vez

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-Asgard-

-Thor, estoy bien, a mi no me enterraron una daga en las costillas, puedes bajarme.

-No hasta llegar a la habitación.

Thor llevaba a Loki en brazos, este solo lo miraba directamente a la cara, pero Thor no le dirigía la mirada siquiera, parecía enojado, cosa que preocupó en grande a Loki, recordando que antes habían tenido una discusión.

Todos habían estado ya con los sanadores, los habían curado y atendido adecuadamente, incluso a los gemelos, habían traído también a Sleipnir, por ahora priorizarían su bienestar y después se harían cargo del reino de Jötunheim. Thor y Loki entraron a sus aposentos, pidiendo no ser llamados, hasta la mañana siguiente, ya que habían vuelto por el Bifrost, aun era de día cuando llegaron de nuevo a Asgard.

Entraron a sus aposentos y el rubio deposito al pelinegro en la cama, sentándose a un lado suyo, observándolo. Ninguno se movía, parecía como si no se hubieran visto en años, o como si ni siquiera se conocieran, cosa que ahora sabían que era completamente falsa.

-Thor... -habló despacio Loki, viéndolo a los ojos y agachando la mirada, no podía verlo a la cara, por su arrogancia casi morían todos, tal ves si hubiera echo caso a su esposo en aquel momento, la situación hubiera salido un poco mejor, Thor no hubiera sido herido en ningún momento. Loki vio al suelo, al pie de la cama vio el martillo que Thor tampoco había soltado en ningún momento, si hubiera seguido sus ordenes... ¿habría obtenido esa arma? era claro que tenía un poder más grande dentro de ella, cosa que inquietaba a Loki, tentación era la palabra.

Una lágrima cayó sobre el regazo de Thor, quién mantenía sus manos sobre sus piernas, Loki al verlo elevó su cara para ver al rubio. Cuando hizo eso, el rubio se le fue encima tumbándolo hacía atrás sobre la cama. Los brazos de Thor, aun siendo cubiertos por la armadura plateada abrazaron fuerte el cuerpo entero de Loki, tendidos ambos sobre las sábanas de la cama, los ojos del pelinegro abiertos viendo el techo dorado.

-¿Thor? -Loki pasó sus brazos por la espalda de Thor y se aferró a ella cerrando sus ojos e inhalando el aroma de éste.

-Loki... -el pelinegro sentía como más lágrimas caían sobre las sábanas y escurrían sobre su cuello, el rostro de Thor enterrado en este- ¿Estas bien? -sollozó- ¿En verdad estás bien?

Loki apretó más el abrazo hacia Thor y habló- Si... estoy bien en verdad, lo juro -igualmente enterró su rostro en el cuello de Thor sollozando.

-Perdóname, perdóname por no hacerte caso, si te hubiera hecho caso desde el principio, de no haber perdido tiempo peleando contigo y los demás, nosotros...

-Creo que eso debería decir yo Thor -Thor se apoyó en sus antebrazos para poder elevarse y no dejar caer todo su peso sobre Loki- Yo quiero pedirte disculpas, por ser tan arrogante, por alzarte la voz en el Río, cuestionar tu experiencia en batalla, tu has tenido muchas, eres un príncipe y un guerrero yo solo soy... -giro su rostro evitando su mirada- un príncipe... 

Thor besó los labios de Loki, después tomó una mano de éste y entrelazo sus dedos, acariciándolos tiernamente- Eres un príncipe, eres mi esposo, la futura madre de mis hijos -Loki elevó su mirada verde y lo vio a los ojos, ojos celestes con lágrimas aglutinadas en ellos, una sonrisa se reflejaba en el rostro del Asgardiano- Eres un guerrero también Loki, lo eres desde pequeño, cualquiera hubiera sucumbido a los maltratos tan fieros de Laufey, pero tu no.

-Por favor, ya no lo menciones -pidió.

-Tengo que, ya que sin él, tu no habrías llegado jamás al Río, nunca nos hubieras conocido...