Capítulo nueve

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"Cerca"

Los exámenes finales se llevaron todo el tiempo de los niños, evitando efectivamente que alguno de ellos se centrara demasiado en el mal que acechaba el colegio, que cazaba unicornios y atentaba contra la seguridad de todos

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Los exámenes finales se llevaron todo el tiempo de los niños, evitando efectivamente que alguno de ellos se centrara demasiado en el mal que acechaba el colegio, que cazaba unicornios y atentaba contra la seguridad de todos.

Harry y Draco tenían muchas pesadillas. Mujeres gritando y rayos verdes. Risas malvadas, miradas decepcionadas y rayos rojos. A veces, llamas ardientes consumiéndolo todo.

Los niños dormían juntos, abrazándose fuertemente, como si quisieran esconderse de sus temores más grandes. Ambos estaban pálidos, ojerosos y parecían nerviosos todo el tiempo. En lo que iba la semana, sus compañeros ya los habían llevado más de una vez con la enfermera, e incluso Snape les había comenzado a dar chocolate caliente con algo de poción calmante cada noche. El hombre había pasado mucho tiempo en la sala común en ese período, ayudando a sus alumnos a prepararse para sus exámenes. Harry lo consideraba entrañable, pues era la primera vez que veía algo así.

Cuando dieron su último examen, y solo entonces, pudieron respirar con más facilidad. Ambos estaban caminando hacia la cabaña de Hagrid, cuando se cruzaron a la profesora McGonagall, a quien saludaron cortésmente. Esta les sonrió, un poco rígidamente, pero no les dijo nada. Continuaron su camino y vieron al jefe de su casa doblar en uno de los tantos pasillos que por allí había, y, segundos más tarde, se estaban encontrando de cara con Granger y Weasley.

— ¡Gracias a Merlín! —exclamaron ambos, jalándolos hacia un lugar apartado: nuevamente, un salón vacío. Draco se preguntó si esto se volvería una tradición

—Tenemos problemas, chicos. Draco tenía razón cuando dijo que Hagrid podría haber abierto la boca con alguien más que nosotros. ¡Se lo dijo a un encapuchado, en el pub Cabeza de puerco!

Harry parpadeó, desconcertado, mientras Weasley asentía. El rubio entrecerró los ojos, la niña seguía llamándolo por su nombre.

—El que le dio el huevo de dragón. —murmuró, de repente, Harry. Draco no podía creer que alguien fuese tan descuidado, maldita sea Hagrid.

— ¡Exacto! También le dijo como se calma a Fluffy-

— ¡Eso no es lo peor! —interrumpió Weasley, luciendo casi frenético—. ¡El director se fue! ¡Nuestra única salvación no está!

Draco se apoyó contra la pared, luciendo realmente enfermo ahora. Harry, por su parte, tenía los ojos clavados en su amigo, pensativamente.

—Hay que ir por la piedra. —Dijo, aun concentrado en Draco—. Tenemos que conseguirla antes que él.

Draco asintió, aun sin apartarse de la pared, pensando profundamente en lo que podrían hacer. Miró a los otros tres niños, solo pensar que estos chicos de once años vivieron todo eso solos, y aun así salieron vivos la primera vez. Le hacía dudar un poco del señor oscuro. ¿Por qué le temían tanto, si niños de once años podían detenerlo? ¿Por qué ningún adulto se estaba haciendo cargo?

Go back in time: Primer año.Where stories live. Discover now