Capítulo 11

431 59 20
                                        

Tras Shuhua desaparecer y no regresar donde estaban, el grupo pensó que se estaba haciendo demasiado tarde y que debían volver a casa, creyendo que Kino la habría acompañado y se le habría olvidado decirlo a los demás. Todos menos Soojin, quien decidió esperar un poco más, se fueron retirando hacia sus respectivas casas. El camino de Minnie y Yuqi hacia sus hogares coincidía en un amplio trozo, por lo que acabaron volviendo juntas a casa, ofreciéndose la rubia a desviarse un poco para poder acompañar a la pelirroja. A Yuqi le había parecido extraña la relación que tenía con Minnie. Desde el día en que la había conocido, sentía que tenían una especie de conexión que no había tenido antes con nadie. Hablaban y se gastaban bromas continuamente, pero, además, siempre había un undertone que no conseguía descifrar. Porque debía reconocer que la tailandesa le parecía extremadamente preciosa y adorable en algunos momentos, pero nunca podría sumar que dos más dos en realidad siempre son cuatro.

- Y bien, antes me han cortado estos diciendo cualquier tontería, pero ya que estamos tú y yo a solas, debo preguntar. ¿Te has estado fijando en cómo jugaba al fútbol, Yuqi? – preguntó Minnie, como no dándole demasiada importancia, cuando estaba mirando de reojo a la pelirroja con una sonrisa bastante traviesa. A la rubia le gustaba jugar con el doble sentido de las palabras y, si alguien como Yuqi le había dicho que se había dado cuenta de cómo jugaba, pues le apetecía preguntar para ver hasta dónde podía llegar con aquello.

- Bueno, sí, claro que me he fijado. He estado mirando como jugabais todos mis amigos. Por supuesto que me he dado cuenta de como juegas, como con todos. – Yuqi había intentado salirse por la tangente, dado que no quería que Minnie se diera cuenta de que la había pillado de lleno y que, además, se estaba poniendo como un tomate. Pero la tailandesa era mucho más inteligente en esas situaciones como para no darse cuenta de ello y decidió pararse delante de la pelirroja.

- Vale, digamos que te creo y que te has fijado en todos por igual solo por esta vez. Pero, en otras circunstancias, ¿te podrías fijar en mí? – Yuqi no tenía ninguna escapatoria en aquel momento. Estaban la una frente a la otra, no lo suficientemente cerca para considerarse invasión del espacio personal, pero se estaba sintiendo demasiado nerviosa de tenerla delante suya, mirándola de aquella manera y preguntándole algo que ni siquiera sabía qué contestar. Así que optó por decir la verdad y aceptar las consecuencias de lo que viniera.

- La verdad es que no sé en qué circunstancias te refieres, pero, siendo completamente honesta, no lo sé. Sea lo que sea en lo que estés pensando. – Minnie asintió, entendiendo lo que estaba pasando. Sin embargo, debía hacer un último movimiento antes de tirar la toalla completamente.

- Bueno, pues, siendo yo completamente honesta, debo decirte que, un otras circunstancias, yo sí podría fijarme en ti. – dijo aquello sin apartar los ojos de la pelirroja, quien abrió los suyos como platos.

Minnie sonrió al ver aquella reacción y se dio la vuelta para seguir caminando, dejando en el sitio a Yuqi. Cuando vio que andaba sola, se giró para hablarle.

- ¿Vamos? – la pelirroja pestañeó y asintió un par de veces, para caminar en silencio junto a la rubia.

No quedaba mucho trayecto hasta casa, lo cual agradeció porque necesitaba encerrarse en su habitación y pensar en lo que acababa de pasar. Poco tiempo después, Minnie se despidió con una sonrisa, sabiendo lo que había conseguido provocar, y se fue calle abajo, bajo la mirada de Yuqi. La pelirroja acabó entrando a casa, para encontrarse con su madre algo alterada.

- Yuqi, por fin estás aquí. Tu hermana ha llegado llorando y, sin decir ni una sola palabra, se ha encerrado en su habitación. No me quiere abrir, pero la escucho y no ha dejado de llorar desde entonces. Por favor, sube a hablar con ella. – en el momento en el que Elkie le dijo aquello, se olvidó de lo que había pasado de camino a casa y subió las escaleras de dos en dos hasta llegar al cuarto de su hermana. Aquello era mucho más importante en ese momento.

𝑫𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒂𝒅𝒂 𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒆𝒓 𝒂 𝒕𝒊 - SOOSHUWhere stories live. Discover now