En el centro comercial

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6. En el centro comercial

La redacción del Semanario estaba más animada que nunca, parecía que todos habían llegado de buen humor. Estaba rondando mediados de octubre y se ultimaban los detalles para el lanzamiento mensual de la revista. Brittany no paraba sentada ni un segundo, se movía de un lado a otro de la redacción sin descanso... Había algo que la inquietaba y estar ocupada la evadía de aquel pensamiento que no la dejaba vivir. Eran casi las diez de la mañana y no había señal alguna de Santana ni de Sam. Aquello era verdaderamente sospechoso, cuando terminó la cena los vio marcharse juntos y aún no habían llegado al trabajo... Sentía una enorme opresión en el pecho y se resistía a pensar por un solo instante que pudieran ser celos. Al fin tuvo un momento de calma y volvió a su mesa comenzando a teclear. Cerca de ella Finn comentaba con Sugar...

- Estoy seguro que ha pasado algo entre ellos...

La castaña no decía nada y resoplaba deseando que su compañero cerrase la boca de una vez.

- ... Es muy extraño que no hayan aparecido aún, y eso debe significar que Sam consiguió lo que se proponía... Espero que Rachel no se haya percatado aún de la ausencia de estos dos.

Brittany miró hacia el despacho de su cuñada, la joven llevaba toda la mañana allí, encerrada recibiendo llamadas. Finn le dio un codazo a Sugar y señaló hacia la puerta. Brittany siguió con la mirada el dedo de su compañero. Santana entraba acompañada de un sonriente Sam, la joven ocultaba sus ojos tras unas enormes gafas de sol. El rubio le dio un beso en la mejilla y ella entró en su oficina. Kitty, que la había visto nada más poner un pie en la redacción, corrió tras ella y cerró la puerta. Brittany no apartaba la vista de Sam... ¿Por qué sonreía tanto?... No quería ni imaginar el motivo de aquella mueca en su rostro... ¿Pero qué estaba haciendo?... Aquello no era de su incumbencia... Santana ya no era nada suyo y tenía derecho a revolcarse con quien quisiese... Se le hizo añicos el corazón solo de pensarla en brazos de alguien mas pero sacudió enérgicamente la cabeza intentando que ese pensamiento absurdo se esfumase y dejará de martirizarla.

Sam caminaba recreándose en sus propios pasos, se había percatado de la expresión de angustia de la rubia y pensaba divertirse un rato. Saludó a todos y se sentó junto a Sugar con la que compartía escritorio. La muchacha no levantó la vista del teclado. Finn se aproximó a él y le dijo con una amplia sonrisa.

- Eres mi ídolo... No puedo creer que lo hayas conseguido también con la jefa.

Sam era consciente de que entre él y Santana no había sucedido nada... Se había pasado la noche oyéndole llorar y hablando incansablemente de la rubia... Cuando la conoció... cuando se enamoró de ella... Como se fue de Lima y dejó de escribirle... Y como fue recibida a su vuelta... Todo, absolutamente todo lo relativo a esa relación lo sabía. Pero notaba la mirada fija de Brittany clavada en él y no iba a darle el gusto de oír la verdad, después de todo lo que había visto llorar a Santana.

- Bueno Finn, ya me conoces donde pongo el ojo, pongo la bala... ¡Tú me entiendes!

Brittany se levantó ofuscada de pronto y recogiendo unos papeles de su mesa se marchó sin decir nada, no sin antes fulminar a Sam con la mirada. Este sonrío satisfecho y Finn volvió a su mesa fascinado con la capacidad de conquistador de su compañero. Sugar continuaba en silencio, tecleando sin cesar.

- ¿Te encuentras bien? – preguntó el rubio al notar que la joven lo había ignorado por completo.

La castaña lo miró con el rostro serio y suspiró resignada volviendo a teclear, sin contestarle.

- No pasó nada – dijo él en voz baja para que Finn no lo oyese.

Sugar volvió a mirarlo y su expresión había cambiado la seriedad por la sorpresa.

Mi rubiaWhere stories live. Discover now