Autostop

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12. Autostop

Brittany apretaba con fuerza el blanco y delgado cuello de su esposa. Tina intentaba separar desesperadamente las manos de Brittany de su cuerpo, pero la rubia estaba fuera de control y empezaba a notar como le faltaba el oxígeno. Comenzó a toser y la angustia de sentir la asfixia se reflejó en su rostro. Fue entonces cuando la rubia aflojó las manos, Tina cayó al suelo llevándose las suyas al cuello y respirando profunda y entrecortadamente.

- ¡Estás... loca!... ¡Ibas a... matarme! – dijo recobrando algo de aliento.

Brittany retrocedió unos pasos mirándola con desprecio y comenzó a caminar descontroladamente por la habitación.

- No te mereces menos...

- ¿Qué querías que hiciera? ¡Ibas a marcharte con ella! – exclamó la joven aún en el suelo.

- Hay que ser muy retorcida para hacer lo que has hecho – Brittany seguía caminando intentando controlarse para no volverla a agarrar del cuello.

- ¿Yo soy retorcida?... Me ibas a dejar, era la mejor opción ¡Oh Brittany! – dijo mientras se ponía de pie con mucho esfuerzo – Eres tan buena, tan responsable, tan ingenua. Fue tan fácil engañarte...

Brittany se detuvo y movió la cabeza de un lado a otro, sin creer aún todo lo que estaba escuchando.

- ... Planeé todo esto cuando me marché a casa de mis padres. Sabía que elegirías a esa cualquiera y yo no estaba dispuesta a consentirlo. Cuando me confesaste que la seguirías, tuve que poner en marcha mi plan y tú picaste el anzuelo como una imbécil.

- ¡Eres despreciable! – Gritó Brittany volcando en ella toda su rabia y su frustración.

- No más que tú querida – añadió su esposa desafiante – Ahora solo tenía que fingir, con la ayuda de mi madre, que había perdido al niño y que la culpa sería tuya. Eres tan predecible que con toda seguridad no habrías podido soportar la culpa y estarías atada a mí el resto de tu vida.

- Estás enferma Tina, muy enferma.

- Puede ser, pero ahora ella está a cientos de kilómetros de distancia y tú estás aquí a mi lado.

Brittany se rió incrédula ante el cinismo de aquella mujer con la que había compartido tantos meses de convivencia.

- ¿Crees que voy a seguir contigo después de esto? Aunque no vuelva a ver a Santana en mi vida, estás loca si piensas por un instante que voy a quedarme junto a ti.

- No puedes dejarme, no creo que seas tan estúpida. Sabes que mi padre tiene mucho poder en Lima, voy a encargarme yo misma de que no levantes cabeza en esta ciudad – le amenazó con los ojos rojos de rabia.

Brittany rió de nuevo, agradecida por haberse dado cuenta a tiempo de que calaña estaba hecha aquella mujer de apariencia dulce y frágil.

- Tú, tu padre, sus influencias, hasta esta maldita casa, me importan un demonio. Y Lima no es la única ciudad del mundo. Podría haber apretado mucho más, pero no quiero cargar con tu cadáver en mi conciencia – Brittany se dirigió a la puerta y añadió – La próxima vez que tú y yo hablemos será delante de un juez... Feliz Navidad.

Y salió de la casa dando un golpe tan fuerte a la puerta, que los cristales de la vidriera de ésta, saltaron por el aire cubriendo el suelo de cientos de brillantes colores.

Brittany caminaba furiosa, muy furiosa. Tenía ganas de estrangular a alguien ¿Con que bruja se había casado? ¿Cómo se había atrevido Tina a hacer semejante atrocidad? Quería culparla de la muerte de un niño que ni siquiera existía. Pero sobre todo ¿Cómo podía haber sido tan ingenua, tan estúpida para caer en la trampa? Se frenó de pronto, ¿A dónde iría ahora? Santana se había marchado y ella necesitaba calmarse un poco y pensar con claridad. ¿Quinn? No, ella no. Estaba embarazada y enterarse de lo que Tina había hecho la disgustaría mucho y en su estado era peligroso... ¿Sam? No, él tampoco. Era su compañero de trabajo, no su mejor amigo y aquello era demasiado horrible para contárselo a cualquiera. Brittany no podía pensar, nunca en su vida había sentido tanto odio por alguien. ¡Marley! 'Sabes que puedes contar conmigo siempre', le había dicho solo unas horas antes. Brittany se acercó a una cabina telefónica y busco en la guía el nombre de la castaña. 'Marley Rose', justo al lado se encontraba la dirección y el número de teléfono. Salió de la cabina, llamó a un taxi y subió en él.

Mi rubiaWhere stories live. Discover now