Ανακάλυψη

Ευτυχία στο σκοτάδι

Todo mundo mágico estaba en silencio. Hasta las criaturas mágicas no hacían ruido, parece que se pusieron de acuerdo todos para tener un momento de tranquilidad.

Incluso todo Hogwarts estaba mortalmente en silencio. Ni siquiera los años menores hacían ruido. Era demasiado mortificante, demasiado estresante, pero era comprensible.

Sabían que una guerra se avecinaba, una guerra de años que ya debería de haber acabado, pero volvía a atormentar, todos temían de hablar, de romper ese momento de silencio, de tranquilidad.

Pero fuera de ser un momento de tranquilidad, era mortificante, agobiante, demasiado angustioso, que solo te recordaba que esos momento de felicidad, de calma, de paz se terminaron y ahora tocaba elegir un bando y rezar para que el mejor sea el ganador y acabe todo pronto.

Los años mayores sabían lo que tenían que hacer, iban a pelear una guerra que no era suya, pero harían lo correcto, por los años menores que no tenían por que vivir esto, que son solo niños, por la próximas generaciones, por sus familias, pero siempre tenían la opción de escapar, de no elegir bando, de no tener que pelear en esto.

En cambio, el estaba obligado a pelear, Harry Potter, el elegido, el niño que no tiene opción más que pelear con Voldemort y suplicar para vivir. Una profecía fue lo que marcó su destino, una tonta profecía fue la que mató a sus padres. 

Todos estaban en el gran comedor, cada uno con sus propios pensamientos, pero todos terminaban en la guerra. 

El trío dorado sabía lo que se aproximaba e iban a luchar juntos, era un acuerdo silencioso, pero no podían evitar pensar que no deberían de estar viviendo esto, deberían de estar preocupándose por sus estudios, por parejas, o salir de fiesta, no sobre una guerra o sobre un loco que quiera matarlos.

Las mesas en algún momento se fueron vaciando, yendo hacía cualquier lugar, no iban hacía sus habitaciones, al fin y al cabo nadie podía descansar, los maestros los dejaban ser, sabiendo como se sentían respecto a todo.

Hermione fue a la biblioteca, Ron fue con Ginny a jugar ajedrez y Harry solo caminaba, recorría todos los pasillos, hasta que se encontró con su novio.

—Hey— Saludó con una pequeña sonrisa, la cual fue correspondida, los dos empezaron a caminar juntos, importándoles poco si los veían.

—Odio todo esto— Rompió el silencio Draco —Odio toda esta mierda y no lo se- tal vez sea de lo que menos quieras hablar, pero yo- tu sabes que mis padres— No termino de hablar cuando Harry se lanzo a abrazarlo.

—Lo sé— Dijo abrazándolo más fuerte —Sabes que no me importa—

—No Harry, pueden que sean mis padres, pero no me van a obligar a tomar esa marca, yo no- yo no voy a estar de su lado y no voy a regresar este verano a la mansión— Dijo Draco seriamente —Todo esto es una mierda—

—Una total mierda, amor— Afirmó el moreno, estando totalmente de acuerdo —Una porquería, y que todo este en silencio no ayuda nada— El Slytherin se soltó del abrazo, para tomarlo de la mano y empezar a correr.

—¿Qué haces?— Dijo el Gryffindor entre risas, mientras los dos corrían tomados de las manos, ignorando las miradas curiosas de algunos alumnos que los veían.

—Vamos a olvidar esta mierda, vamos a olvidar todo, vamos a ser solo nosotros— Declaró guiando hacía afuera del castillo al moreno. Al salir todo estaba oscuro y habían unos cuantos alumnos, pero poco les importo, Draco ofreció su otra mano a Harry y levanto una ceja retándolo.

—¿Bailamos?— El tomó la mano y sonrío aceptando el retó. Caminaron cerca del lago negro, importándoles poco el largo césped, comenzaron a danzar, sintiendo la calma por fin.

En algún momento Draco empezó a tararear una canción, mientras se movían de un lado a otro, al compas del tarareo, empezaron a girar por todo el espacio, cuando pequeñas luces salieron, la pareja las observo curiosos y se acercaron, eran pequeñas hadas que los veían con una pequeña sonrisa. Dos jóvenes enamorados en medio de una guerra era raro de ver para ellas, pero se veían encantadas con ellos ahí.

Se miraron entre ellos y se empezaron a reír, Harry tomo de las manos al rubio y dieron vueltas, se sentían aliviados, en calma, en paz, esa sensación de angustia desapareció por que se tenían el uno al otro y era todo lo que necesitaban.

De alguna manera aparecieron demasiados estudiantes, todos viéndolos sorprendidos, entre ellos el trío de oro y el de plata, varios estudiantes de los primeros años se acercaron, contagiados por la paz y tranquilidad que transmitían, amigos y parejas se juntaron, algunos a jugar entre ellos, bailar, dar vueltas u otros simplemente se sentaron a descansar, observando la escena con una sonrisa.

Ron volteo a ver a Hermione, la cual sonreía.

—El esta feliz— Fue lo que dijo.

—Con el Huron— Añadió el chico y la castaña le dio un golpe en el brazo.

—Ron el esta feliz y tranquilo después de mucho tiempo—

—Lo sé, lo sé y eso me tranquiliza a mi— Contesto el pelirrojo —Pero no evita que me preocupe por el— Dijo observando cómo Harry lo abrazaba  y escondía su rostro en el cuello del rubio.

—No tienes porque— Lo calmó la chica —Ambos lo vemos, puede que para muchos Harry sea su salvación, el elegido, pero puedo ver en la mirada de Malfoy mucho más que eso, puedo ver el amor, en ambos y mientras eso haga a Harry feliz no vamos a interponer— Ron asintió estando de acuerdo. 

—Ahora disfrutemos de este momento de tranquilidad, que pocos nos quedan— Y se ambos fueron a sentarse junto con Neville y Ginny. 

Y en un momento de tranquilidad en una guerra fue como Hogwarts se enteró de la relación de dos estos dos chicos enamorados. 

Yo ando súper feliz por qué me regalaron el segundo libro de Harry Potter edición 20 aniversario, el de Slytherin y es la cosa más preciosa del mundo.

Escribí esto escuchando Talking to the Moon y justo le quedó perfecto a la imagen en la que me inspiré, todo el universo se alineó a mi beneficio.