El corazón me golpea el esternón y mi respiración alcanza velocidades peligrosas. De repente me siento mareada y mi boca ignora las instrucciones de mi cerebro para que, al menos, diga algo. Me quedo ahí parada, sin más, mirando a ese hombre mientras él, a su vez, me mira a mí. Su voz ronca me ha dejado de piedra, pero verlo... En fin, me he quedado estupefacta, temblorosa e incapaz de dar señales de inteligencia. Rodea el enorme escritorio y camina despacio hacia mí. Es entonces cuando recibo el verdadero impacto. Trago saliva. Este hombre es tan perfecto que casi me resulta doloroso... -Señorita Wilson... -Es un placer -me susurra al oído, lo cual sólo sirve para hacerme emitir un pequeño gemido. ... Ay, Dios mío, es devastador. ¿El señor de La Mansión? ☆Heterosexual ☆Romance ☆Contenido Explícito/Adulto