Capítulo 40

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Nuestro viaje de vuelta al Lusso es el más largo de mi vida. La tensión sexual que reina en el coche es realmente insoportable y Taehyung se pone casi violento cuando un conductor dominguero le bloquea el paso.

—A algunos no deberían darles el carnet. ¡Muévete!

Hace una maniobra ilegal y adelanta al otro coche en una calle de un solo carril. Se toca a menudo la entrepierna, y bajo la luz tenue del DBS veo el sudor que brilla en su frente. Es un hombre con una misión. Derrapa, se detiene ante las puertas electrónicas del Lusso y pulsa el mando a distancia para abrirlas. Tamborilea con los dedos en el volante mientras espera impaciente a que empiecen a moverse.

Sonrío.

—Te va a dar un ataque si no te tranquilizas.

El tamborileo cesa y me mira. Echa humo.

—Isabella, me ha dado un puñetero ataque todos los días desde que te conocí.

—Estás diciendo muchos tacos —murmuro cuando las puertas se abren y avanza hacia el aparcamiento a toda velocidad y sin ningún cuidado.

—Y tú vas a gritar mucho. —Lo dice sin una pizca de humor—. Fuera —me ordena.

No me cabe duda de que así será, pero me encanta verlo tan frenético. Me tomo mi tiempo para salir del coche y, cuando ya estoy erguida, levanto la vista y veo que lo tengo enfrente.

—¿Qué haces? —pregunta sin poder creerse la calma con la que me lo estoy tomando.

Miro el cielo negro de la noche y los muelles.

—¿Te apetece ir a dar un paseo?

Abre la boca de forma exagerada.

—¿Que si me apetece ir a dar un paseo?

—Sí. Hace una noche preciosa. —Vuelvo a mirarlo, pero no logro esconder una sonrisa tonta.

—No, Isabella. Lo que me apetece es follarte hasta que me supliques que pare.

Se agacha, me coge por detrás de los muslos, me carga sobre los hombros y cierra de una patada la puerta de su carísimo coche.

—¡Taehyung! —El estómago se me sale por la boca a causa del movimiento brusco—. ¡Puedo andar!

Entra a grandes zancadas en el vestíbulo del Lusso.

—No lo bastante rápido. Buenas noches, Jake.

Me abrazo a las lumbares de Taehyung y levanto la cabeza. Jake me observa mientras atravieso la sala tirada sobre el hombro de Taehyung. ¿Qué pensará de mí? La última vez que entré en el Lusso también me llevaban en brazos...

—¡No estoy borracha! —grito antes de que Taehyung me meta en el ascensor. Introduce el código con furia y Jake desaparece de mi campo de visión. En un momento de osadía, deslizo las manos bajo sus vaqueros, van directas a su duro y fantástico trasero. Siento que sus músculos se tensan y relajan bajo su piel suave y cálida cuando sale del ascensor.

—Nada de jueguecitos. Quiero estar dentro de ti. Como te pongas a hacer tonterías te juro por Dios que... —Va muy en serio.

—Eres un romántico.

—Tenemos todo el tiempo del mundo para el romanticismo, señorita.

«¿Ah sí?»

Irrumpe en el ático y da un portazo a su espalda. Estoy un pelín desorientada cuando me deja de pie en la cocina. Me quedo inmóvil ante él, con las manos apoyadas en sus hombros, intentando recomponerme.

Seducción // K.Taehyung Where stories live. Discover now