Antigua Navidad

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Parte: I/I
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El Sol salía de su escondite nocturno y daba paso al hermoso amanecer, donde se escabullía por la ventana del joven y le daba la bienvenida a un nuevo día. Los ojos del joven se abrían y sonreía al ver como su ventana estaba cubiera de los copos de nieve por la nevada de la noche anterior, se levantó de su cama rápidamente y salió al baño a lavarse sus dientes, ansioso por bajar y salir al día nevado a jugar; cuando terminó fue rápidamente a la cocina donde su madre ya tenía hecho el desayuno. Con una sonrisa y unos buenos días por parte de ambos, empezó a desayunar con los ánimos por los aires, estaba feliz, ¿y cómo no? Si era 24 diciembre, Noche Buena, ¿qué chico no le gusta este día? Una gran cena con su familia, regalos por parte de Santa Claus, tomar chocolate caliente frente a la pequeña fogata que hacían, salir a divertirse con la nieve, era simplemente perfecto.

Cuando ya había terminado su desayuno; se levantó, lavó sus platos sucios y con un beso en la mejilla de su madre corrió a su habitación para abrigarse bien por el frío de afuera, no quería contraer un resfriado o peor una hipotermia por lo helado que hacía afuera. Ya abrigado decidió emprender camino hacia afuera, donde sus amigos lo esperaban listos para ir a jugar y bromear entre ellos; y así fue, el joven no quitó su sonrisa de su rostro en ningún momento de la tarde, luego se unió a él más amigos vecinos de él junto a su hermana y empezaron con peleas de bolas de nieve, para terminar por hacer muñecos de nieve cuando todos estos se cansaron de corretearse entre ellos. Cuando terminaron con dichos muñecos, todos se fueron a sus respectivos hogares, pues ya el cielo parecía oscurecerse, todos prometieron al día siguiente reunirse para hablar y mostrar lo que Santa Claus les había dado de regalo a cada uno. Tomando la mano de su hermana se dirigió a su casa y al entrar pudo notar como en su hogar empezaba a oler al pavo que su madre cocinaba, luego de lavarse las manos, los dos hermanos fueron a ayudar a su madre con la cena de Noche Buena, con la pequeña contando como el barrigón rojo le traería todo lo que la pequeña había pedido en su carta, con risas y bromas del joven diciéndole, a modo de broma, que no se había portado tan bien en el año y que tal vez, en vez de traerle todo oo que le había pedido sólo le traería unas cuantas cosas; luego del regaño de su madre cuando casi hace llorar a la pequeña, ambos hermanos decidieron ayudar a su madre con las tradicionales galletas navideñas que comerían antes de irse a dormir con su chocolate caliente, los hermanos entre bromas y casi ensuciándose por completo, lograron terminar, su madre los mandó a limpiarse y prepararse para empezar con la cena de Noche Buena. El joven cuando ya estuvo listo, se sentó frente a su hermana y al lado de su madre, todos se tomaron de la mano y dieron gracias por la comida que ahora estarían cenando y deseando que aquellos que no pudieran hacerlo tan gratificante como ellos, tuvieran algo que comer en este y todos los días; cuando terminaron, su madre empezó a servirles del pavo que había hecho a cada uno, cortando específicamente trozos pequeños para su hija, dándoles un poco de puré de papas a ambos como acompañamiento con el pavo, sin contar una buena salsa que era receta familiar de generaciones, entre pláticas, anécdotas del día a día, charlas sobre sucesos pasados, el hogar del joven cenaba tan amenamente y en familia, sintiendo el calor de pequeña chiminea que tenían en el hogar. Habiendo terminado y levantado los platos, todos se fueron a sentar frente a esta y, con su chocolate caliente y galletas que ambos hermanos hornearon, disfrutaron ese pequeño momento entre todos, diciendo y adivinando qué les traería el del traje rojo para esta Navidad. Después de beber el chocolate, la primera en caer rendida fue la pequeña, la cual su madre cargó y antes de irla a acostar a su cama, se despidió del joven con un beso materno en su frente, deseándose buenas noches. El joven quedó viéndose un rato más la chimenea y una sonrisa salió de él espontanéamente, sin duda su vida era hermosa, podría decirse casi perfecta, y con su familia a su lado no podía pedir más que eso. Apagó el fuego de la chimenea, dejó un plato de galletas y un vaso de leche en la mesita junto a esta, y se retiró a su habitación; cuando llegó cambió su traje por su pijama e irse a dormir, pero antes se detuvo en su ventana un minuto, la Luna parecía más hermosa esta noche, ¿y cómo no? Si era el día más feliz de muchas familias y niños, siempre se quedaba viendo la Luna, pensando que alguien la habitaba o le hablaba de vez en cuando, el joven rió al pensar en eso, sin duda dirían que está loco por creer que la Luna le habla, pero entonces la Luna se vió más brillosa que antes, él sólo pudo sonreír cálidamente, y con eso se acostó con una sonrisa en su rostro, dejando que los brazos de Morfeo o en este caso alguien más lo llevaran al bello mundo de los sueños, con la Luna viendo como el joven era tan puro, único e inocente, sin duda, él sería alguien muy importante algún día.

Ese fue otro día de Noche Buena, en la vida de Jackson Overland...






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Yo sé que no tiene mucha lógica pero en serio quería hacer un Imagina de cómo la pasaba Navidad Jack antes de ser un Guardián, espero les haya gustado a todas :'3

¡FELIZ NOCHE BUENA! ¿LISTAS PARA QUE NORTE LAS VISITE HOY? :D/

De verdad les agradezco demasiado por este año, este libro ha crecido demasiado y llegado a tantas personas que aún no me lo creo, de verdad y de todo corazón, gracias... Y espero que sigamos así porque esto es sólo el comienzo ♡

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Las quiere muchísimo, su escritora 💙

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Imaginas Jack FrostWhere stories live. Discover now