Capítulo 1

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Ninguna mujer debería pasar por esto. Nadie debería pasar por esto.
Durante días y días me pregunté qué había hecho mal, lloré sola en el baño y me culpé por dejar que mi matrimonio llegara a este punto.
Lo lamenté en silencio, hasta llamé a un programa de radio buscando que una persona me ayudara.  Incluso leí un libro de autoayuda, uno de Walter Riso.

"Tienes que afrontar tus problemas de frente y dejar de correr, porque toda tu vida has vivido en constante huida y te ha llevado donde estás hoy".

Después de eso, decidí entender por qué mi esposo hizo todo esto. Para saber si no era suficiente en la cama, si ya estaba vieja o si él ya no podía soportar estar conmigo. La respuesta a todas las preguntas parecía ser un sí y por eso lo seguí hasta aquí.

Descubrí que una de sus amantes vivía en un condominio en Tijuana, que parecía ser de nueva construcción. Encontré el bloque y el número del apartamento. Reuní un valor que nunca pensé que tendría y toqué el timbre. Esperé, esperé y volví a tocar.
Nada, nadie abrió. Esa era una señal, debería darme la vuelta y olvidarme de eso, sería solo otro caso de un hombre de mediana edad, los hombres hacen esto para sentirse más jóvenes, así que debería fingir que no pasaba nada.

Cuando llegaba a casa, preparaba algo sencillo para comer, durante el día no tenía nada que hacer, ya que no había nadie en casa y siempre terminaba los deberes antes de las nueve. A los cinco, mi hijo menor, Alexander, fue el primero en llegar, me dió un fuerte abrazo y se fue al dormitorio a tomar una ducha. Poco después  llegó Bárbara, estaban estudiando en la misma escuela, pero Bárbara siempre llegaba más tarde que su hermano.

"La cena estará lista." - le advertí, ya que se tiró en el sofá y empezó a juguetear con su celular.

"Ya voy, mamá." Respondió de mal humor, de hecho mi hija padecía de mal humor la mayor parte del tiempo.

Como siempre cenábamos solo nosotros tres y mi hija mayor era la primera en correr a su habitación, ya que pasaba el resto de la noche en su celular. Alexander se quedó conmigo y vio todas las telenovelas de la noche.

A las nueve llegó mi marido, cansado, sudoroso y quejándose del tráfico, a veces parecía que pensaba que el tráfico era culpa mía. Se quejó de la comida, aunque la calenté, dijo que sabía a comida caducada. Quería enfrentarme a él, preguntarle por la mujer, si mi comida era mala ¿por qué se no iba a vivir con ella ahora mismo? Pero me faltó coraje. Fui a acostarme, cuando él se acostó a mi lado, me di la vuelta. Cuando tocó mi cintura, supe lo que quería.

-Cariño, estoy tan cansado y estresado, lo siento. - Habló suavemente, - Ya sabes, muchos casos, pruebas para corregir. - Shawn era abogado y profesor universitario. Besó mi cuello, apretó más mi cintura. No quería nada, me sentía mal.

-Me duele la cabeza.- Ni siquiera me di la vuelta.

-iMierda! - Él gritó. - Siempre tienes dolor de cabeza.

-Así como siempre estás estresado e insultándome. - Contraataqué.
No quise iniciar una discusión, porque nunca terminaban bien.

-Te mereces algo peor. - Se levantó de la cama, y fue al armario.

-¿A donde vas?

-Voy a tomar una copa. - Sabía que era mentira.

-¿A esta hora?

-Sí, solo me quedo si me dices que vamos a tener sexo. - Él me miró.

-Entonces vete. - Me acosté de nuevo, aguanté el llanto hasta que cerró la puerta y se fue.

Después de eso lloré toda la noche, a la mañana siguiente lo llamé y nada. Se mantuvo alejado durante cuatro días, les inventé a los niños que estaba en un viaje de negocios de emergencia, para que no hicieran preguntas. Durante esos días no podía dejar de pensar en mi madre diciendo que el deber de una mujer era mantener bien el matrimonio y que si algo andaba mal era porque yo no era una buena esposa.

Más que una aventura| CamrenWhere stories live. Discover now