Capítulo 4

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No tenía ganas de despertarme al día siguiente, Debo admitir que estaba desanimada con mi vida, Amaba a mi esposo. Quería hacer todo lo posible para que mi matrimonio fuera bien, pero ¿dependía de mí? Se supone que era algo mutuo, pero sentí como si toda la carga estuviera sobre mi espalda. Quizás la voz de mi madre diciendo que era mi deber hacer que el matrimonio saliera bien y que mi marido tenía que ser  feliz no salia de mi cabeza. No dije ninguna palabra mientras tomaba café, Shawn tenía resaca, así que no dijo mucho.
Mis hijos fueron los primeros en partir a la escuela, lo cual era extraño, generalmente Shawn era el que salía primero.

-Cariño, el café estuvo genial.- Me dio un corto beso en los labios y sonrió. Había pasado mucho tiempo desde que lo vi sonreír. Estaba de buen humor, o se sentía culpable, tal vez solamente estaba de buen humor, nunca lo vi sintiéndose culpable. - Ayer fue maravilloso.

"Eso lo hice por tí" . - Eso es lo que pensé, pero solo sonreí y asentí.

-Todo sería mucho más fácil si colaboraras. - Me abrazó por detrás y me besó el cuello, Mi cuerpo se estremeció. Shawn era guapo, estaba en forma, no era barrigón, ni acabado, al contrario, cuidaba su apariencia. Su cabello largo oscuro lo hacía lucir encantador, su barba también lo hacía lucir aún más atractivo, pero sus actitudes opacaban todo.

-Sí, amor, lo siento por ese día, solo me dolía la cabeza, no quería irritarte.

-Está bien, pero que no se repita. El selló nuestros labios-. Ahora voy a trabajar.

-¿Vas a llegar tarde hoy?

-Lo haré, ¿por qué? - Estaba siendo grosero otra vez.

-Por nada, solo por saber.

-Hum. Hasta luego. - Salió de casa.

Durante la mañana lloré un poco más, no entendía por qué mi vida tenía que ser así. Shawn era tan cariñoso, tan cariñoso al principio, ¿qué nos pasó? ¿Qué había cambiado?  ¿Cómo nos perdimos? Mi cabeza giraba, giraba y giraba, pero no pude encontrar una respuesta a esa pregunta.
A primera hora de la tarde decidí llamar a Danna, mi hermana podía ayudarme.

-Hermanita, ¿Qué onda?- habló emocionada.

-Sí. - El desánimo en mi voz era palpable.

-No funcionó con la amante de tu marido.

-No, en realidad no se trata de eso.

-¿Finalmente pediste el divorcio al viejo de rabo verde?

-No, solo quería escuchar tu voz. - El silencio estuvo presente en la llamada. Mi hermana y yo, por muy distantes que estuviéramos, podíamos sentir cosas, algo así como el sexto sentido.

-Déjalo salir, no tienes que decirme nada.

De nuevo, comencé a llorar de nuevo. Me sentí usada, sucia,  como un objeto. Lloré mucho tiempo, Danna fue muy paciente, esperó a que terminara de llorar y no preguntó nada, solo dijo que estaría conmigo sin importar la decisión que tomara. Después de ese terrible episodio, las cosas volvieron a la normalidad. Shawn llegó tarde y se fue temprano, se quejó como siempre de la comida, de la vida, del tráfico y todo era básicamente mi culpa.
Una vez que se fue, regresé a Tijuana, a diferencia de la última vez que fui para aprender a ser más atrevida, esta  vez necesitaba respirar aire nuevo y la falta de un amigo me hizo volver a tocar la puerta de esa chica.

-Llegas tarde. - Abrió la puerta sonriendo. Estaba medio desnuda y debo admitir que me avergonzó. - Ah, somos mujeres, todo lo que tienes yo lo tengo.

-Lo dudo. - murmuré. Era hermosa, sin estrías, sin celulitis, de cuerpo escultural, digna de una chica veinteañera. No podía observar su cuerpo directamente, me incomodaba mucho, de hecho, ni siquiera mi propio cuerpo podía mirar por más de cinco segundos. - ¿Siempre abres la puerta de esa manera?

-Sabia que eras tu. - Ella sonrió, me hizo a un lado y entré.

-¿Podrías ponerte algo?

-Pensaba  abrir la puerta desnuda, solo para demostrar que tienes problemas con la desnudez ajena y apuesto que con la tuya. - Parece que me leyo la mente, solo sonreí sin forzadamente. Me gustaría sentirse cómoda con mi cuerpo.

-Me siento bien con mi cuerpo. - Fue una mentira, no lo sentía. Shawn siempre decía  que  estaba gorda, llena de celulitis y estrías, que estaba vieja, que mi tiempo ya pasó. - No quiero quedarme en este apartamento todo el día contigo así-. La señalé.

-Solamente acostumbrate a esto. Ella se rió y se sentó en el sofá. - Vamos, vamos, veamos Game of Thrones.

Me senté en el otro extremo del sofá, lo que hizo que ella lo disfrutara. Me explicó algunas cosas hasta que una escena un tanto incómoda me hizo levantarme del sofá. Una de las prostitutas de Little Finger estaba teniendo sexo con otra a petición suya, para demostrar si era lo suficientemente buena para trabajar en su burdel.
La escena me hizo sentir intimidada, así que fui a la cocina a buscar un vaso de agua. Unos segundos después, la habitación se quedó en silencio, creo que debió haberse detenido. Cuando regresé, la escena había terminado, pero estaba en pausa, parecía estar esperándome.

-¿Te has calmado? - se burló.

-¿Qué? - pregunté perpleja.

-Parecías bastante conmovida por la escena.

-Me sentí un poco incómoda.

-¿Con el hecho de que dos mujeres tengan sexo? ¿Nunca has visto esto en una película porno?

-No veo ese tipo de películas.

-¿Y la viste? - Decidí quedarme en silencio.

-¿Por qué todo tiene que involucrar sexo?

-¿No es por eso por lo que estás aquí? Quieres que te enseñe o simplemente quieres venir aquí a ver series.

-Eres muy explícita.

-El sexo es explícito, íntimo, pero parece que le tienes miedo a la intimidad, ¿por qué?

-La tengo, llevo veinte años casada con el mismo hombre.

- No, la convivencia no significa  intimidad. ¿Puedes hablar con él de todo? Si comienzas una oración, ¿Puedes terminarla sin que te interrumpa o viceversa? ¿Conoce tus miedos? Si todas las respuestas o la mayoría de ellas son un no significa que han estado viviendo juntos durante veinte años, pero nunca hicieron el amor realmente, nunca fueron realmente íntimos, creo que el  tiene más intimidad conmigo, él se ha quedado conmigo medio desnudo en mismo lugar por casi tres horas y él.. ¿Tú le has hecho  un oral o simplemente le hiciste hacer un español? porque tienes pechos para eso.

-Realmente no quiero hablar de sexo de esa manera.- Me sentí  incómoda con la forma explícita que estába hablando del tema.

-No sé hablar de sexo sin ser explícita, creo que no hay forma de hablar. Ok. - Se rindió, parece que entendió que no me gustaba ese tema. Se levantó y fue al dormitorio y se vistió, pantalón gris de algodón y una blusa del mismo modelo, pero blanca. - ¿Cómo te fue la última tarea que te di? - Volvió a sentarse frente a mí.

-Yo ... Bueno ... realmente no sé cómo responder.

-¿Al menos tuviste sexo? - Se hizo un silencio en la conversación, mi mente volvió a ese día, simplemente asentí brevemente. - ¿Como fue?

-¿Tú... lo hiciste cuando estaba borracho?

- Lo hicimos borrachos.

-Pero solo él estaba borracho.- Ella arqueó una ceja. -

-¿Te obligó? - La joven se levantó de su asiento, me miró sorprendida y me di cuenta de que el asunto estaba entrando en una zona peligrosa.

-No, claro que no, soy su esposa, así que tengo que tener sexo con él. - Me miró, salió de la habitación y volvió poco después, esta vez llevaba una chaqueta que le llegaba hasta los muslos. Sin decir nada, se acercó a mí y me dio un abrazo, que me tomó por sorpresa.

-Lo siento mucho, ninguna mujer debería pasar por esto.- La sinceridad en su voz, y la repentina cercania me hicieron derramar una lágrima solitaria.











Más que una aventura| CamrenWhere stories live. Discover now