El tormento del Asesino © [Trastornos 2]

6. La mentira de Adam

...

S E I S

» Los pacientes no presentan todos los síntomas a la vez. De hecho, la mayoría de ellos no se experimentan y muchos solo se presentan de forma fugaz y transitoria durante los momentos de crisis o descompensación.

...

Jayden caminaba con dirección a su habitación mientras Beth lo seguía de cerca buscando algo en la pequeña mochila que traía consigo.

—¿Estás escuchando? —le preguntó.

—No.

La rubia soltó un suspiro.

—Te pareces a mí madre, pero por lo menos tú eres honesto —Se acomodó la mochila en la espalda y continuó—. Cómo decía, entonces me dijo que me parezco a tu novia muerta y como ya no pasamos tanto tiempo juntos trataré de...

De pronto, vio a Matt impostor caminando de forma despreocupada con Casey a sólo unos metros. Le hablaba de algo muy animado. Jayden frunció el ceño. Parecía que al castaño no le importaba en lo más mínimo haber asesinado a esa chica llamada Amanda.

Sabía que ya no debía entrometerse, pero como si tuviera la necesidad de resolver aquella situación se acercó al castaño con pasos rápidos. Cuando estuvo frente a él lo tomó del cuello de la camisa.

—Prometí que no volvería a matar sin importar que tan culpable fuera la persona. Dije que no iba a matarte a pesar de que tú sí te lo merecías —soltó con molestia—. ¿No pudiste aguantar un solo día sin asesinar a alguna chica inocente?

Casey abrió los ojos impactada y observó a los lados para asegurarse de que ninguna supervisora o enfermero estuviera cerca. ¿Pero de qué estaba hablando este chico?

El castaño levantó las cejas con confusión.

—¿Qué te sucede? —preguntó y sonó ofendido— Dios mío, parece que ya nadie sabe lo que significa ser una familia feliz.

Jayden lo soltó.

—¿Eres Adam?

—¡Lo soy! Hace mucho que no...

Adam no completó la frase y se quedó congelado al observar el largo cabello rubio de Beth detrás de Jayden.

—Hola, Casey y ¡hola tú! —saludó ella con una sonrisa, como si la situación fuera de lo más normal— Eres Adam, ¿cierto? Yo soy Elizabeth, pero si me dices así no te pasaran cosas bonitas —advirtió— ¿Que decía? Ah, cierto. Puedes llamarme Beth y soy la novia de Jayden.

El mayor no le prestó atención a Beth hasta que escuchó su última oración.

—Quiero hablar con... —empezó neutro, pero se detuvo y frunció el ceño girandose hacia la rubia—. Espera, espera, ¿quién es mi novia, niña? Aléjate.

—No seas tímido, Jayden.

Adam se sostuvo el pecho dolido al escuchar aquella conversación.

Casey le puso una mano en el hombro sorprendida de las palabras de la pequeña.

—¿De verdad son novios? —preguntó.

—No —respondió Jayden.

Beth sonrió acercándose más a Adam y Casey como si fuera a contarles un secreto y susurró lo siguiente lo suficientemente alto como para que el mayor escuchara: