11. Yes, daddy

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O N C E

Especial de San Valentín 1/3

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Era domingo por la tarde, el único día día libre que tenían en el internado, cuando Beth se detuvo frente a la casa de Jayden.

Presionó el timbre y esperó mientras las gotas de lluvia caían sin detenerse. No había llevado consigo un paraguas porque el cielo se veía bastante despejado cuando salió de su casa. Sin embargo, a la mitad del camino empezó esta extraña lluvia de la nada y ahora estaba completamente empapada.

Se abrazó a sí misma por la fría brisa a su alrededor y estornudó sin poder  evitarlo. De pronto, se abrió la puerta y un chico castaño apareció frente a ella frotándose los ojos adormilado. Sabía quién era, ya casi se aprendía los turnos en los que cada personalidad tomaba el control.

—¿B-Beth?

—¡Hola, Adam! —saludó observando su atuendo con curiosidad— ¿Porqué estás con pijama? Van a ser las cuatro de la tarde.

Adam se observó a sí mismo somnoliento y, un segundo después, abrió los ojos con pasmo, avergonzado.

—Ahh, es que... Es domingo y no es como si fuera a ir a algún lado —dijo rascando su nuca nervioso—. Qué haces aquí, por cierto.

Aunque lo que quiso preguntar es "¿Como sabes dónde vivo?". Qué miedo. Esto es lo que debió sentir Casey cuando se enteró de que tenía un ganado de acosadores.

—Ah, ¡cierto! —recordó ella con una sonrisa— ¿Está, Jayden?

Auch.

Bueno, era cierto. Beth estaba enamorada de Jayden.

Adam ladeo la cabeza y sus ojos se detuvieron en el mayor, quien estaba recostado en uno de los sofás de la sala de estar, durmiendo.

La pequeña, ahora pelirroja, apartó a Adam para adentrarse en la casa. Avanzó hacia el sofá lo más silenciosa que pudo y observó el entorno. Parecía que Adam también se había dormido en el otro sofá y acababa de despertarse para abrirle la puerta.

—¿Acaso estaban viendo una película y se quedaron dormidos? —preguntó sin poder evitarlo.

—Mmhm, sí —respondió Adam soltando un bostezo.

—Qué tiernos.

Beth se detuvo frente a Jayden, quien estaba recostado con una mano detrás de su nuca y la otra sobre el gato que estaba hecho una bolita sobre su pecho. Frunció el ceño al percatarse de aquella nueva mascota, pero decidió no darle importancia para volver toda su atención al ojiverde.

Su respiración todavía era profunda y pausada. Lo había visto dormir muchas veces pero siempre se quedaba embobada por unos segundos. Reprimió el impulso de pasar una mano por el oscuro cabello del chico y sacó su celular para tomarle una foto.

—A Jayden no le gusta que le tomen fotos —advirtió Adam en voz baja, posicionándose al lado de Beth.

Ella rio.

—¿En serio? Yo tengo mi galería llena de fotos de él.

Pero su actitud alegre se esfumó de su rostro después de tomar la primera fotografía, pues se percató de algo extraño. Bajó el celular para observar mejor al gato que dormía de forma tranquila sobre Jayden y al instante palidecio.

El tormento del Asesino © [Trastornos 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora