27. Un salto al pasado

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V E I N T I S I E T E

» Recuerdos antes de la tormenta. Digo, antes de una gran aventura en el parque de diversiones :)

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Elizabeth Kersey siempre había sido descrita como alguien tierna, paciente, complaciente. Alguien que, a simple vista, no parecía matar ni una mosca y que además podía comprar a muchas personas con un lindo rostro.

Pero también murmuraban que, cuando se encontraba "a solas", su comportamiento era muy extraño.

Hablar de su padre era un tema delicado.

Enterarse a tan corta edad de que tenía otra familia fue mucho más shockeante para su madre, Lillian. Pero lo que la golpeó como un meteorito en la cabeza fue darse cuenta de que todo el amor del que le habló su padre fue solo una mentira, porque prefirió a su otra familia antes que a ella. Y la abandonó.

Sus visitas nunca fueron constantes y a la fecha son inexistentes.

Su madre estaba muy ocupada trabajando y teniendo citas con extraños que conocía online.

Las personas en su escuela parecían hablarle por conveniencia y luego abandonarla de la misma manera, diciendo que era bonita, pero un poco rara.

Así que, se quedó sola por un tiempo.

Pero siempre intentó revertir esa situación a su favor.

Nícolas Lancaster sabía todo eso porque la conoció en diferentes etapas de su vida. Y se dio cuenta de que ella era muy distinta a como todos pensaban.

Pero para hablar de eso, tenemos que regresar un poco en el tiempo.

Hace un año y 11 meses.

Era un lunes por la mañana. Beth se arregló el largo cabello rubio y la ropa una última vez antes de bajar corriendo por las escaleras. Le gustaba llegar temprano a la escuela, porque siempre había alguien esperándola.

—Mamá, ya me voy a la... —detuvo sus pasos al pie de la escalera—... escuela.

Sabía que su madre tenía múltiples citas, pero los hombres con los que salía no ponían un pie más allá de la sala de estar y mucho menos se quedaban a comer.

Es por eso que, ver a ese desconocido tomando desayuno en su mesa fue extraño. Ver que estaba acompañado de un chico que parecía su versión joven fue el doble de extraño.

—Elizabeth, él es el señor Lancaster y su hijo, Nícolas. ¿Recuerdas que te hablé de ellos?

Recordaba algo. Vagamente. Muy vagamente. Era posible que hubiera visto a ese hombre a lo lejos alguna vez y lo saludara de la misma forma en la que lo hizo ahora.

—Hola —dijo, levantando una mano.

—Es agradable verte de nuevo, Elizabeth —continuó él.

—Igual —respondió ella sin inmutarse ante su mirada.

—Pensé que tenía catorce —comentó el que se llamaba Nícolas, ganando la atención de golpe.

—Tiene catorce —respondió su madre, llegando a su lado y sosteniendo sus mejillas con una mano para escrutarla con una mirada analítica—. Ya te dije que no uses maquillaje, cariño —la soltó—. En fin, Nícolas te llevará a la escuela. Todas las veces que vino para verte salías con tus amigos, pero pueden aprovechar este tiempo para conocerse.

El tormento del Asesino © [Trastornos 2]Where stories live. Discover now