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→ calum hood

España es diferente a todos los otros países que he conocido. De haber sido por mí, bien hubiese bajado del avión habría ido a recorrer la ciudad, pero Luke dijo que tenemos que llegar cuanto antes a su nueva casa —la cual comparte con Ashton y su hermana— para que él tenga tiempo de descansar antes de su entrenamiento de hoy. Yo no digo nada y me subo al Audi que nos espera para llevarnos a La Moraleja, el barrio dónde él reside. 

Durante el recorrido puedo ver, a través de la ventanilla del auto, la bonita ciudad de Madrid, por más que ésta esté lluviosa y algo nublada, lo que es extraño porque tienen un clima más bien seco; de todas formas, recién está amaneciendo aquí. No sé, a ciencia cierta, por cuánto tiempo el chofer conduce hasta llevarnos a la casa de Luke, pero estoy impaciente y a la vez nervioso. Por lo que sé, es la primera vez que Luke compra una casa porque planea quedarse dos años aquí —sé también que Ashton planea quedarse cuatro—, y porque además quiere vivir con su hermana y bueno, y conmigo. 

— ¿Tienes sueño? —me pregunta él, yo le digo que sí—. Ya vamos a llegar y vas a poder dormir. Yo tengo que ir a entrenar a las once.

— Está bien —confirmo. 

Los dos nos quedamos en silencio y entonces saco mi teléfono, que aún conserva más de sesenta y dos porciento de batería. Conecto los auriculares y pongo música en aleatorio, Uma Thurman del último álbum de Fall Out Boy empieza a sonar y yo canto —por más que no tengo la mejor voz, pero tampoco puedo decir que canto plenamente mal—, moviendo mi pierna al compás de la música. 

— ¿Uma Thurman? —Luke inquiere, yo me sorprendo porque no espero que él conozca este tipo de música, pero no digo nada—. ¿Puedo? —hace una seña y lo entiendo perfectamente. 

Le tiendo mi auricular, el que está más próximo a él. En este momento, él comienza a cantar, medio gritando. Su voz es grave pero afinada. Quizás, de no haber sido futbolista, él podría haberse construido una carrera como cantante. Le iría bien, después de todo, tiene la apariencia y la voz, e incluso la actitud. 

I can move mountains
I can work a miracle, work a miracle
Oh, oh, keep you like an oath
May nothing but death do us part

Los dos cantamos el estribillo a la vez. Puedo decir que me siento extrañado de la fluidez con la que se mueve, como disfrutando cada segundo de la canción. Por supuesto, no me lo espero. Mejor dicho, no me he esperado nada de lo que me ha pasado en estas últimas semanas, desde que lo conocí. ¿Quién diría que el futbolista Luke Hemmings era gay? Bueno, en realidad no lo es, pero actúa como uno, y de todas maneras, finge serlo muy bien.

— Del nuevo álbum es la canción que más me gusta —confiesa. 

— Es mi favorita también —digo yo ahora, en respuesta—. Aunque Irresistible y Jet Pack Blues son buenas también.

Él alza las cejas.

— Irresistible sí, pero Centuries. E Immortals. Esas son buenas, mejores que Jet Pack Blues.

Yo no puedo creer que esté teniendo una discusión musical con Luke Hemmings. Y aún sigo sin creerlo durante el resto del viaje, cuando variamos de tema y nos conocemos más. Recuerdo la primera entrevista, se siente como en ese momento. Sólo hay una diferencia.

Él no está semi-ebrio ahora.

— ¡Los extrañé! —Lena Hemmings exclama cuando nos ve. Su cabello está recogido y tiene puesto un camisón, se ve radiante de la felicidad—. ¿Cómo están? ¿Cómo estás, Calum?

players; cake.Where stories live. Discover now