: twenty three

5.6K 493 69
                                    

→ luke hemmings 

Entro a mi propia casa y me siento bastante extraño, como si fuera alguien de afuera queriendo entrar a un lugar donde no soy bien recibido. Suspiro, dejo las maletas a un lado y desenchufo mis auriculares de mi celular, con un cover de los Arctic Monkeys de Feels like we only go backwards de Tame Impala sonando fuertemente a través de mi iPhone. Apago la música y prendo la luz. 

No hay nadie, pero me llama la atención la valija que sé que no es de Calum, ni de Ashton ni de mi hermana, que está apoyada en el sofá en U del living room. Me llevo una mano a la cabeza preguntándome si habrá alguien aquí. ¿Será Michael Clifford, tal vez? Suspiro. 

Mis últimas semanas han sido de descanso total, pura relajación y buen rato. Fui a Disney unos días con mi hermana y Ashton, y tempranamente ellos volvieron acá, yo simplemente decidí quedarme asoléandome en la cálida Florida y disfrutar mis dos semanas de vacaciones antes de volver a jugar. Herbert me ha dicho que tenía que venir por aquí a controlarme, y quizá eso ha apurado mis planes de llegar; aunque de haber sido por mí me hubiera quedado allá lejos, fuera de tanto escándalo que me rodea. 

— ¿Calum? —pregunto a la nada, ya que nadie me responde. Gruño. 

Lo cierto es que el asunto de Calum Hood me tiene con la cabeza en mil sitios. Yo ya no sé que hacer, no sé qué pensar ni qué decir. Sostengo lo mismo que siempre: Calum Hood me tiene cansado, ha llegado a mi vida —irrumpido, mejor dicho— y ha dado vueltas todo mi mundo. 

— No lo soporto —mascullo por lo bajo.

— ¿No soportas a quién? —alguien dice por atrás, me doy vuelta y es Calum Hood.

Y entonces, los dos nos acercamos y nos besamos apasionadamente. Bueno, al menos eso es lo que mi mente quiere y lo que queda grabado en mi cabeza mientras Calum me mira fijamente. Estúpidos pensamientos. De lo único que puedo decir, a esta altura de la vida y del contrato, es que definitivamente siento algo por Calum y no es algo que tenga que evadir; creo que a ambos nos ha quedado claro desde el momento que tuve un ataque de celos y lo besé. Y ahora también quiero besarlo, pero también gritarle y decirle que mi vida no era tan complicada hasta que llegara él; de hecho lo era, pero luego mejoró y ahora ha empeorado y yo... yo ya no sé que hacer conmigo. 

— ¿No te queda claro? —le digo, y le sonrío. 

A pesar de que Calum me guste, eso no significa que tenga que demostrárselo. 

— ¿Cómo te fue en Disney? —me pregunta, ignorándome. 

Decido ignorarlo también. 

— ¿De quiénes son estas valijas?  —inquiero.

Ninguno de los dos dice nada. 

— ¿Acaso no vas a responder? —indagamos a la vez y por más que los dos estamos con una expresión seria, yo no puedo evitar sentir algo cuando lo veo frunciendo el ceño. 

Realmente nunca en mi vida he planeado esto. Quiero decir, toda mi vida me he considerado heterosexual pero nunca con la posibilidad de enamorarme de un hombre o de sentir algún tipo de atracción, sin embargo nunca rechacé esa idea; porque hay personas que suelen enloquecer con eso de que se están volviendo gays y que la homosexualidad es un pecado y una enfermedad y... yo ciertamente nunca he pensado así, por lo que me ha facilitado mucho las cosas en cuanto a esta confesión hacia mí mismo. Supongo que ya era hora, además, después de tanto que Calum y yo hemos pasado y toda la confianza que le he brindado, creo que era obvio que alguno de los dos iba a terminar sintiendo algo. El problema ahora es que el que siente algo soy yo y eso me pone en una enorme desventaja frente a mi adversario que, primero, no siente lo mismo y, segundo, tiene el poder de convencerme con solo hacer una cara o sonreír o cualquier cosa, porque consideraré tierno cualquier cosa que haga y eso es totalmente malo; ahora tengo la necesidad de no ser rudo con él y de abrazarlo pero no puedo hacerlo, ni debo hacerlo. 

Suspiro. 

— Yo te pregunté primero si a caso no te quedó claro —suelto. 

— De hecho —comienza a decir y veo una sonrisa formándose en su rostro—, el que preguntó a quién no soportas fui yo. 

Maldita sea, tiene razón. 

De mi boca sale un gruñido y un suspiro apagado, lo miro cansado.

— ¡Lo único que quiero saber es quien diablos está en mi casa! —chillo, elevando un poco la voz. No elevo la voz casi nunca, a menos que esté borracho o en una fiesta, pero esta situación me satura y Calum también lo hace—. ¡Estoy harto de que me tomes como estúpido!

Ahora ni siquiera me entiendo. Es de esos momentos que a todos le pasa, solo que a mí no muy a menudo, cuando estás bien pero de repente te enojas y luego vuelves a estar bien pero te das cuenta que tu cambio de actitud ha lastimado a alguien y por un rato todo queda incómodo por más que pidas perdón. Recuerdo un episodio de estos hace varios años, cuando Lisa y yo discutimos por una idiotez  —perdió mi tarea— y yo le dije que era una desordenada insoportable y que siempre extraviaba las cosas, ella me dijo que yo era un idiota y se largó a llorar y luego le pedí perdón cuando encontré mi tarea, pero ella dijo que ya era tarde; luego me enteré que ese día había discutido con Ashton y bueno.

— Tranquilo —Calum dice mientras se acerca a mí y me pone su mano en mi hombro, la cual quito bruscamente—. Herbert ha venido. 

— ¿Y dónde está? —le pregunto. 

Él se encoje de hombros. Esto me hace pensar en mil maneras en las que me gustaría eliminar a Calum Hood de la tierra ahora mismo, pero a la vez no porque es un ser encantador y me gusta pasar tiempo con él; pero estoy tan insoportable y contradictorio que ni yo mismo me aguanto y quizás lo único que necesito es dormir  —porque en mi vuelo dormí poco y nada; a pesar de viajar en primera clase, un señor roncó toda la noche y  mis pensamientos no me dejaban conciliar el sueño— o comer algo dulce o quizás ver a mi hermana o hablar con mi mamá. 

Lo que me lleva a otro punto, tengo que hablar de negocios con Herbert, aunque no son precisamente negocios, quiero hacer algunas obras de caridad porque creo que son necesarias y quizás podría regular mis cambios emocionales  donando algo de dinero. Lo que a mí me sobra a otro le hace falta. Quizás debería ir a la iglesia. 

Sí, tal vez debería hacer eso. 

Miro a Calum, que ahora se ha sentado en uno de los sillones y sigue examinándome. 

— Me voy —murmuro. Él asiente. 

Yo sé que se está mordiendo la lengua para no abrir la boca y no lo hace, porque nota que estoy lo suficientemente enojado como para decir cosas que podrían herirlo y herirme a mí mismo, porque realmente no quiero dañar a Calum a pesar de todo el daño que él me ha causado  —sin ser intencional, obviamente—. 

Cuando hago el amago de abrir la puerta, alguien lo hace del otro lado. Es el dichoso Herbert.

— Tú y yo tenemos que hablar —le digo, cogiendo mi chaqueta para ponérmela—, pero después. Ahora me voy.

— Tú y yo también tenemos que hablar  —dice y me guiña un ojo. Suspiro como por enésima vez en el día. Ruedo los ojos y me voy, pero lo escucho decir — ¿Y qué le sucede ahora? 

— Realmente no lo sé —Calum contesta, y lo divertido es que yo tampoco. 


yo sé que todos tenemos esos momentos donde estamos bien y de repente explotamos. a mí ultiammente me pasa muy seguido y me he cansado de pedir perdón por eso. me demoré un mes en subir porque borré wattpad de mi teléfono y    estuve tan ocupada con todo que no pude escribir. les prometo un capítulo mejor la próxima vez. disculpen la demora!

7 capítulos para el fin, tal vez??

qotd. que opinan de la relación luke/calum? 

players; cake.Where stories live. Discover now