twenty six :

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→ calum hood

 Los segundos pasan lentos para mí y veo como mi vista se nubla y mi cerebro se paraliza. No es la primera vez que estoy en un juicio pero sí es la primera vez donde yo soy el protagonista. Al final, Luke y yo hemos llevado nuestra separación a un estrado y ambos estamos de traje, mirándonos fijamente, mientras el juego está por empezar y nuestros abogados están por comenzar. Hay tensión en el aire, tensión que se siente en cada inhalación y exhalación. Es pertinente mencionar que los dos no sabemos como hemos llegado aquí, pero desde la última semana hasta hoy han pasado un montón de cosas. Las sesiones son privadas y el acuerdo también lo es, por consiguiente, lo que se dictamine aquí solo lo sabremos nosotros, nuestros abogados y el tribunal de jueces que nos dará la sentencia; así pues, además, está prohibido hablar de esto, porque eso es lo acordado. 

La semana pasada Luke viajó a Rusia por un tema de su hermana. Al día siguiente, a mí me llamaron para saber porqué no había ido y yo confesé que Luke y yo no estábamos juntos ya, por lo que accedieron a hacerme una entrevista —todos querían saber por qué terminamos— donde al parecer revelé más información de lo que ya había hecho. Todo el tema de la humillación pública y de lo que me habían acusado todavía no había quedado atrás, por lo que yo tuve que dar aún más explicaciones no solamente a la prensa sino también a Herbert e incluso al mismo Luke, que me telefoneó unas horas después de publicado el artículo para saber por qué diantres había abierto la boca. Eso dictaminó el comienzo de la guerra, el juego final. Yo, durante el tiempo que pasé con Luke, me he dado cuenta que él y yo somos muy parecidos —aunque diferentes— y esto era más bien un juego de sombras, donde cada uno hace sus movimientos y, de hecho, advierte los del otro. 

Así que Luke, luego de nuestra llamada telefónica, me dijo que me vería en el juzgado el lunes y aquí estoy. Aquí estamos. Aquí comienza el relato. Obviamente, han pasado otras cosas en el medio, pero son irrelevantes a la situación verdaderamente importante aquí. 

Entonces, parado en una sala, mirando los ojos azules de Luke que parecen dos témpanos de hielo de lo fríos que están, no hago nada más que mirar al suelo y suspirar, nervioso. Tengo más posibilidades de perder que de ganar y lo asimilo, pero realmente no es algo de lo que esté expectante. 

El juicio comienza y las partes exponen sus posturas. Es algo aburrido. A mí nunca me ha gustado cubrir juicios, de verdad, es algo que considero muy innecesario, porque a nadie le gusta leer que ha dicho el abogado de tal ni cual objeción fue usada ni nada de eso. Yo me aburro y también me siento abrumado, sofocado, ansioso. Siento como la habitación parece achicarse frente a mis ojos y la transpiración fría corriendo sobre mi espalda. 

— Creo que necesito un vaso de agua —murmuro lo suficientemente fuerte como para que me escuchen. 

La juez primera, Ingrid Sevalles, una irlandesa católica que es reconocida por hacer juicios a famosos, abre la boca y me mira.

— 15 minutos de receso  —ordena. 

Decir que me siento enjaulado es poco, porque lo hago. Realmente solamente quiero salir de aquí. Le digo a mis colegas que me voy al baño, no sin antes mirar por última vez a Luke Hemmings. 

Salgo del lugar, dando pasos débiles y básicamente arrastrando los pies. El juicio me ha cansado, más que nada, porque por más que intento no escucharlo, mis oídos lo hacen; analizan absolutamente todo lo que se dice y mi cabeza piensa de formas que eso podría ser utilizado. Yo no sé que hacer, porque el cansancio que tengo es digno de dejarme planchado en la cama por al menos, doce horas. 

Cuando llego al baño,  no cierro la puerta porque veo a alguien tras de mi, sin embargo estoy muy concentrado en querer lavarme la mano para no dormirme que no me doy cuenta que la persona que venía detrás de mí era Luke. 

No sé por qué no me sorprende. 

— ¿Qué haces aquí?  —inquiero, sonando cansado pero enojado a la vez—. ¿No es que la querella no puede hablar con la defensa? 

Él suspira.

— Son leyes —suelta, como sonando cansado también. Me imagino que todo lo que se ha hablado en estas horas ha sido lentamente procesado por su cerebro de futbolista—. La verdad es que no me importan mucho, pero hay que cumplirlas —dice y sonríe. 

— Si no te importan, no sé por qué haces tanto escándalo por esto —admito.

Él se encoge de hombros.

— Son cosas que pasan —porque en la vida de la farándula, es normal vivir de juicios millonarios y vidas falsas. 

— Mi vida era más fácil sin ti —digo, y tengo razón. 

Luke me ha complicado tanto la existencia que desearía en primer lugar nunca haberlo conocido, no haber tenido que hacerle la maldita entrevista que me hizo ir con él a una fiesta donde terminamos besándonos y fingiendo una relación que no es real. Esta relación nos ha hecho mentirle a todo el mundo e incluso a nosotros mismos cuando nos preocupábamos por el otro, al menos, yo no fingía preocuparme por él, porque realmente lo tenía en cuenta, pero si sé que a él no le he importado demasiado, de lo contrario, no habría tenido tantas malas acciones hacia mí. 

Luke no solo me ha complicado sino también me ha confundido con respecto a las metas y objetivos que tenía para mí antes de conocerlos. Ha dado todo vuelta y eso me molesta. Lo único que me alegra de terminar todo esto es que volveré eventualmente a Reino Unido, viviré con Michael o quizás solo  —dependiendo si tengo algo de dinero para por fin financiar mi propio apartamento y no vivir de alquileres—volveré a mi trabajo y me sentiré yo de nuevo, no una mezcla confusa de emociones a cada rato. Tendré la vida tranquila de antes y creo que eso es todo lo que anhelo en este momento. 

— Estás pensativo —dice él de la nada, rompiendo el hielo que se ha formado en un par de segundos. 

— Estoy cansado —replico, esperando que no vuelva a decir nada. 

No capta el mensaje. 

— Tendrías que vivir la vida —responde, y me parece tan incorrecto su comentario que diría algo de no ser porque mi cansancio me lo impide. No gastaré energías discutiendo con Luke—. Te invito a una fiesta para que celebremos que he ganado el juicio. 

Ahora yo ruedo los ojos y me obligo a mí mismo a no contestar. De todas formas lo hago. 

— ¿Una fiesta para que luego terminemos besándonos como siempre?  —se me escapa, pero es una verdad después de todos. 

Veo como una sonrisa se forma en su rostro. 

— Una fiesta como esas —me guiña el ojo—, mientras tanto... 

Entonces se acerca a mí y sé lo que va a pasar. Es evidente, es inevitable... lo único que hago es cerrar los ojos y dejarme llevar, entregarme. Pero no dura más que cinco segundos y es un roce de labios. 

— Para que no me extrañes —dice, me guiña y se va. 

Y me deja a mí más confundido de lo que ya estaba.  


hola im back desp de mucho tiempo. perdón la demora. creo q quedan 2 caps para que termine. les voy a ser honesta no disfruto esta historia como antes y tengo nuevas prioridades. prefiero terminar la historia rápidamente y darles un final bueno (y que a mí me guste) antes de seguir alargándola y haciéndoles esperar. la verdad no mg eso de demorarme tanto pero como ya dije tengo nuevas prioridades. estoy en último año de secundaria y realmente disfruto de pasar tiempo con mis amigos y compañeros y de vivir la vida en sí. perdonen de verdad por la demora. 

nos vemos en la prox actualziación (desp del 20 seguro) 

aldo xcx

players; cake.Where stories live. Discover now