Tormenta y salvación

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Capítulo dedicado a Betania_Mach🌠, MishiWolf☀️ y a Naycem
(Mishell y Alhena💜)

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¿Por qué me has hecho esto, Aria?

Ella miró a Albus a los ojos, el dolor y la decepción danzando en el verde que se veía vidrioso y casi sin vida.

¿Qué estás diciendo... ? —intentó acercarse, pero él se alejó con el rostro contraído en completo rechazo hacia ella. Un dolor agudo se instaló en su pecho al mismo tiempo que sus orbes verdes agua se cristalizaban hasta cambiar a un tono grisáceo—. Albus, ¿Por qué...?

Yo confié en ti, yo realmente te amaba..., pero eso al parecer no te importó —la acusó, el escenario siendo más sombrío a cada segundo que pasaba—. Me ocultaste la verdad y me heriste —en un parpadeo un hilo de sangre bajó por su mentón desde sus labios apretados en una fina línea, una herida profunda a un lado de su pecho—. ¡¿Cómo pudiste?!

Aria se horrorizó al verlo en aquel estado, recordando la imagen que había vislumbrado ante su Boggart hacía mucho tiempo. Albus sangraba y se encorvaba en su sitio antes de dejar libre un pequeño quejido de dolor, la sangre formando un charco a sus pies en donde cada gota carmesí hacía eco al agrandarlo en su caída.

Albus, por favor, déjame...

¡No te me acerques, monstruo! —bramó con cierta histeria en su voz.

Él en verdad la odiaba, pero al mismo tiempo le temía.

¿Cómo pudiste?

Una segunda persona se unió a ellos, apartando la niebla que los rodeaba hasta quedar al lado del Slytherin que iba perdiendo color.

Calíope... —susurró mientras se llevaba ambas manos a la boca al ver su estado demacrado y la sangre seca en sus manos.

¡Él se ha ido por culpa tuya! —exclamó y una tormenta pronto se desató a su alrededor, los rayos retumbando agresivamente en el cielo que no podía ver por tener la mirada fija en ambas figuras—. Debí haber acabado contigo en cuanto vi las primeras señales...

Calíop-

¡Cállate! —lloró amargamente, dejándose caer de rodillas con la sangre antes seca en sus manos volviendo a tener vida hasta escurrirse entre sus dedos—. ¡No él! ¡NO ÉL! —gritaba sin control con un tono tan devastado que cualquiera que la oyera podría sentir su desesperación y dolor.

Aria...

Se quedó helada y quieta en su sitio al escuchar aquel tono lastimero y casi sin vida no muy lejos. Contuvo la respiración y sus ojos se encontraron con un par casi blancos observándola desde el suelo.

La túnica de Hufflepuff llena de lodo y sangre seca que no sabía a quién pertenecía. El delgado y pálido brazo estirado hacia ella mientras el cabello blanco contrario pasaba a cubrir parte del ojo derecho.

No, no —repitió con agonía mientras sus manos pasaban a estar posadas en su cabeza—. Abel...

Su hermano acababa de aparecer al otro lado de Albus, completamente débil y al borde del colapso total. Sus ojos no tenían brillo y su brazo lentamente fue perdiendo fuerza, su respiración era irregular y algo dentro suyo le indicaba que solo le quedaban segundos.

Mi Hermosa Veela y La Melodía PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora