La Cuarta Prueba: La Flama del Edén 1/2

104 5 93
                                    

El día había llegado.

Sorpresivamente, el cielo estaba teñido de un azul puro y brillante, el Sol resplandeciendo detrás de un pequeño grupo de nubes.

—¡Bienvenidos a nuestra última prueba, damas y caballeros! —Peter Darrix se encontraba en lo alto de un podio cercano al de los maestros y directores—. Espero estén listos para lo que se avecina: El final de la travesía.

Aria, desde su respectiva carpa en el campo, terminó de colocarse sus guantes de piel de dragón. Estaba lista para la competencia, portaba aquel traje especialmente hecho para la ocasión y su cabello estaba atado en una semi coleta.

—¿Preparada?

Volvió la mirada hacia la entrada. Maribel la observaba con una pequeña sonrisa mientras la tela de la carpa volvía a su lugar en cuanto pasó por completo.

—Hermana.

La pelirroja mayor la tomó por los hombros. Admiró el rostro de la más baja y no tardó en envolverla con sus brazos, siendo su gesto respondido de igual forma por la Ravenclaw, quien se permitió cerrar los ojos ante el agradable contacto.

—Confío en ti, Aria —fue lo primero que dijo al separarse—. No puedo creer que estemos aquí ahora mismo. Has superado cada prueba y ahora esta es la última. Sin importar el resultado, tanto para mí como para los demás, eres una ganadora.

Aria sonrió agradecida por sus palabras y Maribel acarició una última vez su rostro antes de separarse por completo.

»Todos estaremos esperándote del otro lado del laberinto.

—¿Papá está aquí?

—Fue el primero en llegar —sonrió al recordar a su nervioso progenitor—. Dice que está bien, pero su cabello no ha dejado de cambiar de colores en la última hora. —Aria rió y Maribel tomó el arco que descansaba a un lado de la carpa—. Ten, es hora de ir al exterior.

La Ravenclaw pasó a tomar el arco ofrecido y sus orbes se perdieron en él. Aquel arma había sido un regalo de Albus y más de una vez le había salvado en las anteriores pruebas.

“Mientras lo tengas contigo, yo estaré a tu lado”

Cerró los ojos mientras aumentaba el agarre en el arco.

Ninguno de los dos había intercambiado palabra alguna desde hacía mucho tiempo.

»Aria —llamó Maribel y ella no tardó en avanzar hacia donde estaba para después salir ambas de la carpa, el brillo solar dando de lleno en sus rostros.

—¡Competidores, es hora de ir a la línea de partida!

Los orbes verdes agua notaron a Qiang Tao Liu saliendo de su respectiva carpa con una bella dama que sospechaba era su madre. En el caso de Naktam, el Slytherin estaba acompañado de un alto e imponente hombre cuyo rostro no podía apreciarse del todo debido a la túnica que portaba.

Eres el orgullo de Mahoutokoro, hijo mío. Tu padre y yo estamos muy orgullosos de ti —decía la bella mujer de túnica rojiza—. Ve con la cabeza en alto y logra el objetivo, que sabemos, puedes conseguir.

—Así será, madre.

Ambos siguieron hablando en su idioma natal, sus voces perdiéndose al caminar hacia la entrada que le había tocado al estudiante de Mahoutokoro.

Pronto, los murmullos alrededor cesaron en cuanto los tres magos estuvieron ante sus respectivas entradas, el viento empujando las telas de sus trajes en dirección de aquel oscuro laberinto.

Mi Hermosa Veela y La Melodía PerdidaWhere stories live. Discover now