IX

1.1K 186 48
                                    

Un día más en la monótona vida de Dazai Osamu resumido en: trabajar, charlar con Chuuya, pasar el rato con él y regresar a su vacía casa. Era su rutina y estaba bien así.

Sin embargo, aquella noche la ansiedad acompañada de la depresión decidieron hacerle una visita. Todo comenzó cuando el pelirrojo le llamó para invitarle a una fiesta, evidentemente el castaño rechazó la propuesta y, aunque hablaron un poco más, Nakahara terminó colgando para alistarse y asistir al evento organizado por sus amigos.

Entonces, con el pasar de los minutos, Osamu se empezó a sentir mal y diversos pensamientos invadieron su mente, por ejemplo: 'eres tan inútil que ni siquiera eres capaz de acompañar a tu amigo', 'Chuuya seguramente se lo pasa mejor con sus amigos extrovertidos' y 'no eres importante para él'.

Maldita sea.

Se hallaba sentado en el sofá, mirando el techo mientras algún programa tonto se transmitía desde la televisión y poco después un pesado suspiro dejó salir desde lo más profundo de su pecho. Estaba cansado de ser así.

No tenía amigos porque siempre se sentía menos. No creía ser suficiente para alguien y, efectivamente, no lo era. En algún momento de su corta vida tuvo un mejor amigo por el cual dio todo... ¿Y qué pasó? Esa persona le abandonó. Desde entonces, se había dedicado a tener relaciones superficiales con todos porque no quería volver a permitir que alguien lo conociera tan a fondo. No quería ser abandonado nuevamente porque vaya que lo pasó muy difícil cuando se quedó solo.

Sin embargo, el pelirrojo poeta se metió a su corazón como si fuera su casa. Para cualquier persona normal no sería un problema el tener una relación tan cercana, pero para alguien como Dazai Osamu, ésto era un enorme inconveniente porque él desarrollaba dependencia y necesidad de constante atención. Odiaba esa parte sí, empero no podía hacer mucho para evitar actuar de forma egoísta.

Descubrió esa faceta luego de haber perdido a Odasaku, pues se le complicó mucho ser una persona sociable, mas de algún modo consiguió un amigo llamado Fyodor y, pese a quererlo demasiado, terminó alejándolo porque no creía que hubiese espacio para él en la vida del pelinegro, ya que éste tenía otros amigos con los que se divertía más. Y no lo decía porque sí, sino que realmente vio con sus propios ojos como aquel chico reía más con un rubio y un albino, cosa que no hacía cuando estaba con él. Es más, muchas veces fue dejado de lado por el otro par. Recuerda haberlo invitado a pasar el rato y casi siempre ser rechazado porque tenía planes con sus otros amigos. Dazai jamás ha sido la persona favorita de nadie.

Buh. Él es feliz con tener a una sola persona con la que pueda sentarse a charlar, perder el tiempo y cosas por el estilo; pero no desea consumirla como en alguna ocasión lo hizo. O sea él permite que el individuo en cuestión conviva con otros, el problema se hace presente cuando le piden convivir con un grupo en el cual no se siente cómodo. Él es más feliz pasando tiempo con un amigo, solos, sin nadie alrededor. Egoísta, sí.

Por eso se había cerrado tanto, creó muros que impedían que los demás entraran a su vida... Lamentablemente, Nakahara logró ganarse su cariño y total confianza. Con él no pudo mantener una relación falsa.

Y ahora que es consciente de la profundidad de sus sentimientos, no puede evitar soltar unas lágrimas en la oscuridad de su sala que sólo está iluminada por la televisión. Debe alejarse de él. No puede permitir que el cariño aumente más, jamás podrá ser suficiente para Chuuya y lo sabe. También debe ser consciente de que en cualquier momento acabará con su vida ¿y qué pasará con el poeta? Va a sufrir. No quiere eso. Debe evitarle cualquier dolor.

La cosa es que si Chuuya y él llegasen a ser una pareja (porque tiene muy presente que ya se confesaron) es mucho más probable lastimarlo porque sus sentimientos van a crecer y está completamente seguro de que Nakahara no merece experimentar la desgracia de perder a alguien.

"Joder." Susurra el castaño limpiando las gotas saladas que corrían por sus mejillas. Tiene tantas emociones negativas que lo único que logra hacer para desahogarse es aferrarse a un cojín mientras solloza cual niño que se ha quedado sin su juguete favorito.

La mejor decisión que puede tomar es alejarlo, aún está a tiempo considerando que no son tan cercanos ¿no?

Ciertamente, hace tiempo se volvió consciente de que el miedo que tiene hacia las relaciones humanas se debe a que le da un pánico tremendo depender de alguien y ser abandonado de la noche a la mañana como sucedió con Odasaku. No quiere volver a pasar por ese infierno... Pero al mismo tiempo, tiene sentimientos contradictorios, ya que quiere muchísimo a Chuuya y no desea soltarlo así como si nada.

¿Pero qué pasará cuando el enano se aburra de él y lo deje como si fuera un juguete viejo? Porque tan insuficiente cree ser que apuesta todo a que será desechado.

"Mierda..." Murmura amortiguando el llanto con el cojín al que se aferraba.

Su mente le hace muy malas jugadas, le consume de una manera que le hace ver el mundo distorsionado, le quita toda la esperanza y la única solución que halla para todos sus problemas es morir. Por eso está tan convencido de matarse en un futuro.

No le ve sentido a alargar una vida de sufrimiento y su existencia es más pesada cada día.

Antes, cuando tenía este tipo de crisis le hablaba a Sakunosuke, éste le escuchaba hasta que se calmaba, incluso hubo ocasiones en las que lo visitó y estuvo con él consolándolo. ¿Ahora hay alguien ayudándolo? ¿Alguien le dice que todo estará bien? No. Está solo, aunque igual sabe que nadie tiene la obligación de lidiar con su roto ser. Y la triste realidad simplemente le hace llorar hasta quedarse dormido en el mullido sofá, sólo en sus sueños encontró una pizca de paz en esa noche.

Un desastre, eso es Dazai Osamu.

Temor [SOUKOKU]Where stories live. Discover now