Capítulo 15

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Alexander Lorenzzeti
8 de agosto 2145

Lo único que odio de Rusia es el frío insoportable que siempre hay, es por ello que en el momento en que Boris Petrov me llamó porque quería conocerme en persona le pedí que nos viéramos en un hotel de lujo de mi padre, lo más importante es que no fuera de su propiedad y estar en un lugar que no fuera al aire libre para evitar congelarme con este frío.

Seguridad, comodidad, calor y una vida más larga me garantizo al no tener el encuentro en uno de sus territorios, cuando no sé cuáles son sus verdaderas intenciones con ese encuentro.

Su llamada no me sorprendió en lo absoluto, la información que le ofrecí no solo es valiosa y secreta, también puede ser mal interpretada por mi padre y considerarme un verdadero traidor y usar su poder para eliminarme.

Para evitar esto lo más importante en mi plan es ganarme la confianza de los Petrov, para así ganarme su protección en el momento en que Dangelo descubra los verdaderos motivos de mi viaje.

Lo segundo es apoderarme de la Bratva, y para ello solo tengo un inconveniente, Maska, pero tampoco me preocupa porque para ella tengo preparada dos opciones. Una un poco tétrica pero me garantiza obtener todos mis objetivos, la otra bastante clásica.

Para poder destruir a Dangelo, tengo que ser más poderoso que él, así podré obtener lo que me corresponde por derecho, no puedo eliminarlo a mi antojo o sería acusado de traición o no seré considerado digno del puesto. La traición familiar es el más grave delito en este mundo.

Mi padre es tan oscuro y macabro que haría lo que sea necesario para sacarlo del tablero, solo así podré proteger a mis hermanas y mi madre finalmente será libre para ser feliz. No soporto verla llorar a escondidas, se la pasa inventándose viajes para huir de su marido.

—Señor hemos llegado —me informa el conductor quien me saca de mis pensamientos.

— ¿Nuestros hombres están en sus posiciones?

—Lo están —abro la puerta del asiento trasero

—Bien, asegúrense de no dar el primer disparo

—Como usted ordene —bajo del auto y me arreglo mi traje, suelo ser bastante perfeccionista cuando de mi aspecto se trata luego camino hacia la entrada.

Estoy en el Hotel más grande de San Petersburgo, a pesar de ser de mi propiedad se encuentra en una zona verde, por lo que iniciar una guerra, pelea o atacar es ilegal, por ello sé que este encuentro será solo para hablar y seguro que el señor Boris desea saber cuáles son mis intenciones tras la información que les brinde de manera gratuita y yo tengo toda la disposición de brindarle lo que desea.

—Buenas tardes señor —me dice mi asistente en cuanto entro por la puerta.

— ¿Está todo listo Cason?

—De hecho el señor Petrov ya ha llegado, y lo espera en el restaurante del hotel.

—Te dije que lo llevaras a mi oficina

—Lo sé, pero el insistió en quedarse allí, llegó y reservo todo el restaurante para vuestro encuentro

—Muy bien, ya está que se la va a hacer

Me dirijo hacia lugar donde me espera mi invitado y me sorprendo al no ver a todo un batallón de rusos acompañando al señor Petrov, solo se encuentra con su mano derecha Petya, a quién ya había visto en par de eventos de la elite. Ambos me miran serios y con cara de pocos amigos.

Al llegar a su mesa me siento sin pedir permiso primero porque estoy en mi hotel y segundo no estoy frente a mi jefe por lo que no debo mostrar mis mejores modales y señales de respeto.

Maska (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora