Capítulo 14

47 14 2
                                    

Mi padre me mira muy molesto, pero no pienso permitir que me intimide por ello lo miro segura y sin arrepentimiento de mis decisiones, justo como el mismo me enseñó.

—Muy bien —me levanto y camino hasta el pequeño bar de la habitación —yo los mandé a matar, específicamente explotaron —tomo un vaso y me sirvo una de las botellas más caras que tiene mi padre, no tengo idea de que es, pero en estos momentos me da igual, puedo sentir como todos me miran —si te lo preguntas, no me arrepiento y lo volvería a hacer —lo miro a los ojos muy segura de mí, mientras me doy un trago y siento como el líquido caliente quema mi garganta, es asqueroso pero lo disimulo tan bien que nadie nota mi molestia.

Todos vuelven la vista a mi padre quién se encuentra en estado de shock seguramente por presenciar que di mi primera orden de asesinato y mi reacción es la misma que tengo al elegir un vestido

—Además yo te dije que me encargaría de las personas que trataron de envenenarme —. Al instante su rostro se endurece y con eso me basta para saber que el regaño o castigo que tenía preparado para mí, ahora es cosa del pasado.

— ¿Fueron ellos los que trataron de matarte? —asiento con el rostro y regreso a donde estaba sentada antes

—¿Nos van a contar que pasó? —intervine Inna, tan impaciente como siempre, su mayor defecto, mi padre toma asiento y minutos después entra Petya y se sienta al lado de su hijo.

—Dangelo nos ha estado robando Daypa durante años —dice Petya luego de un largo silencio.

— ¿Cómo descubrieron eso? —pregunta Gvozden

—No lo hicimos —Boris pasa las manos por su rostro y luego su mirada vuelve a mí —no sé qué sucedió en Italia pero su hijo fue quién nos dio esa información.

—Comprobé los registros y efectivamente así ha ocurrido durante años —dice Petya

—Eso significa que hay un traidor en la organización :dice Igor

—Lo sabemos, por eso mandamos a quemar el almacén —contesta mi padre.

—Pero ahí guardamos la droga —doy un sorbo de mi vaso antes de continuar hablando —como vamos a quemar nuestra propia mercancía.

—En realidad sacamos todo hace horas, los que se queman son los hombres que se encargan de transportarla, entre ellos está el traidor —escuchar eso me molesta pero trato de controlarme nada de lo que diga hará que cambien de opinión, dejo ir un suspiro antes de hablar.

—¿En serio te fuiste por la vía más simple? Esos hombres tienen familia

—Y a ellas no les faltará nada —me contesta con voz severa

—Es que acaso mantendremos durante toda una vida a las familias de las personas que mates, solo porque alguien no quiso hacer su trabajo de investigar quién es el verdadero culpable. Eso es lo que quieres para esta organización, dirigir desde el miedo

—Así ha sido siempre, incluso antes de que yo naciera

—Prefiero que mi gente me respete por lealtad a que lo hagan por miedo

—Acoso te fiarías de alguien que mandó a matar a una familia entera incluso a los niños —golpe bajo, pero por muy molesta que estoy trato de tranquilizarme con cada respiro.

—Yo jamás le haría daño a nuestros hombres a menos que sea un traidor, y para eso estas tú Petya, para investigar los causantes de esto, no para incinerar a personas inocentes, que te respetan y te son fieles. Dime Boris como les vas a explicar a sus familias que sus esposos, hermanos, tíos o sobrinos no regresarán a casa.

Maska (En Edición)Where stories live. Discover now