Capítulo 12

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Tardé diez minutos en hacer entender a mis guardaespaldas que no podían venir conmigo, al final lo conseguí cuando les expliqué que Igor tiene conexión directa con mi rastreador y sabría mi ubicación en todo momento. El dilema fue cuando les dije que no podían decirle a mi padre con quién estaba al final los convencí con el argumento de que tendrían un encuentro con el peor de los venenos de mi amiga Inna si no me obedecían, al escuchar ese nombre sus rostros cambiaron y supe que al fin habían entendido lo serio que les hablaba.

Me adentré en el parque y en cada paso que daba disfrutaba del verde de la naturaleza que me rodea. En uno de los bancos estaba él esperándome, me le acerqué con una sonrisa en los labios.

—Hola —le dije

—Hola, estás muy hermosa

—Gracias —tomó una de mis manos y la beso, ese gesto siempre lo había odiado hasta este momento. Es el típico saludo de los viejos de la Bratva pero ahora solo por ser él no lo odié sino todo lo contrario. Tomó mi mano y  la enredó con su brazo guiándonos hasta el final del parque

—Lista para una sorpresa

—Supongo que no tengo de otra

—Si me lo dices así, voy a creer que no quieres saber porque te traje aquí —me detengo

—No es eso, solo es que no entiendo cómo me vas a sorprender en el medio de un parque —hago un gesto con mis manos para referirme a mi alrededor donde solo hay árboles y aunque no los veo puedo sentir el sonido producido por los animales.

—Ya verás que sí puedo sorprenderte —me extiende una mano y la tomo, nos guía por un camino de rocas planas incrustadas en la tierra

—No me darás ni una pista

—No, aunque la verdad no entiendo cómo es que no te has dado cuenta que este lugar  nos lleva a  un bosque.

—No suelo salir mucho de casa —la verdad es que a penas ahora tengo la libertad para explorar el mundo.

Caminamos durante diez minutos hasta que se detiene y noto la pequeña cabaña que tenemos enfrente

— ¿Esa es la sorpresa? —digo mientras caminamos sin soltarnos hasta la entrada de la choza de madera.

—No, estamos aquí porque necesitamos ciertas cosas. No pensarás continuar el camino con esos zapatos —miro a mis pies y me doy cuenta que se refiere al ligero tacón que tienen mis sandalias —entramos en la cabaña y detallo la decoración todo está muy hermoso y acogedor cada mueble es de madera pero se ve que tiene mucha clase. Dudo que alguien viva aquí pero por el fuego que está encendido el cual mantiene la habitación caliente, imagino que alguien se encarga de este lugar.

—Si me hubieras dicho a donde vamos quizás me habría vestido acorde a la ocasión

—Tienes razón, es mi culpa, entra ahí y toma la ropa que gustes yo haré lo mismo en aquella habitación del fondo

—No me encerrarás dentro para secuestrarme —el ríe y aunque me parezca hermoso con ese simple gesto me quedo seria para que vea que no estoy jugando, puede que yobeste jugando con él pero que me asegura que el no haga lo mismo conmigo.

—No, no lo haré, dime que ganaría si lo hago

—No lo sé, dímelo tú —teniendo en cuenta quien realmente soy, ganaría mucho, pero mis alarmas se detienen porque el no sabe mi verdadera identidad.

—Voy a cambiarme, no te demores —sin más se voltea y entra por la puerta de madera y yo me quedo observando hasta que desaparece de mi vista.

Entro a donde me indico pero dejo la puerta abierta si viene a encerrarme lo veré y podré detenerlo de eso estoy segura, no me importa arriesgarme a aue me vea desnuda con tal de sentirme segura.

Maska (En Edición)Where stories live. Discover now