Maska (En Edición)

Capítulo 8

Alka Petrov

3 de agosto de 2145

Solo han pasado dos días desde mi visita al psiquiatra y aunque sé que debo esperar es inevitable tener esta ansiedad que habita en mí desde entonces. Solo deseo que si alguna de las hermanas Petrov debe tener esta enfermedad la que la sufra espero y sea yo, Alenka es apenas una adolecente. Hace tan solo uno días cumplió sus quince años.

—Alka —me llama Inna, la miro confundida, supongo que una vez más me he perdido en mis preocupaciones. Llevamos horas esperando a unos alemanes que se suponen llegan hoy —¿Estas bien? Creo que no has escuchado nada de lo que he dicho, me molesta hablar sola y lo sabes

—Lo siento, tengo la cabeza en otra cosa. Me quedé en lo que le harías a ese pelele, capullo, cretino, estúpido y otro montón de insultos que ya ni recuerdo. ¿Me explicas como haces para ampliar tu repertorio de ofensas? —como siempre no puedo evitar reír ante el lado frívolo de mi amiga, ese lado me suele parecer muy cómico y ella ya está adaptada a que mi reacción sea la misma, es por ello que como siempre es poner los ojos en blanco.

—Bueno te decía que el cretino me acaba de llamar para decirme que vendrán mañana, aún no sale de Alemania. Puedes creerlo, nos ha hecho perder todo en día de nuestro valioso tiempo, si no fuera porque seremos socios le daría de comer Aldefa —teclea rápidamente en su móvil y espero y no esté destilando su odio hacia nuestro futuro socio. Inna odia muchísimas cosas y dos de ellas son la impuntualidad y que la dejen plantada conociéndola puedo imaginar lo molesta que está en este momento —No conozco al tal Müller y ya lo empezó a odiar, seguro es un viejo verde que se cree el dueño de Alemania solo porque trafica armas. Como se atreve a dejarte a ti, a Maska plantada —me levanto y camino hacia a la puerta necesito llamar su atención o no se detendrá nunca de despotricar su odio, pienso que no lograré conseguir mi objetivo pero cuando ya estoy casi en la puerta salgo victoriosa.

—¿A dónde vas sin mí? —dice mientras se levanta y camina hacia a mí —No pensarás abandonar a tu sombra venenosa

—No eres mi sombra, si eres venenosa pero eres más que una sombra —miro mi reloj —ya es tarde debemos ir a arreglarnos, no habrás olvidado que es el cumpleaños de tu hermano

—Como olvidaría eso —ella me pasa una mano sobre mis hombros y caminamos hacia mi habitación en el camino me retiro la máscara que llevaba puesta —puede que cumpla veintiséis pero sus fiestas siguen siendo igual de exóticas que cuando tenía dieciocho. En vez de madurar se vuelve más estúpido.

—Veremos si hace lo de siempre

—Claro que lo hará, ya sabes el rey fiestero abandona su propia fiesta para irse a fornicar

Al paso que va, se creará una nueva enfermedad gracias a él —ambas reímos a pesar de ser un chiste muy negro, pero así es el humor de mi amiga y llevo años acostumbrada. Solemos molestarlo con esa broma y siempre nos mira con el mismo rostro de niñito pequeño enfurecido. Puede que Gvozden sea muy bueno en su trabajo y un experto con las armas pero en su vida personal, sobre todo en la sexual es un desastre andante.

—Bueno, tendremos que disfrutarlo mientras este sano y salvo

Llegamos a mi habitación y nuestra risa se detiene en automático. Ambas estamos sorprendidas al ver a la persona que espera afuera de mi puerta.

—Valla, esta vez supiste respetar mi privacidad ¿Qué estrella se va a caer? —Tanto Inna como yo aguantamos las ganas de reír

—He venido a verte, me quedó claro que no quieres verme pero Igor insistió en que lo correcto era venir —ella traga, y hace un gesto como si le doliera lo próximo que va decir —Quería disculparme por cómo te he tratado últimamente, mi modo celoso se activó al ver que al estar tú aquí Igor no estará a mi lado como era costumbre —me siento mal por no creerle peo no me trago su actuación de primaria desde que conozco a mi prima jamás la he visto disculparse solo cuando era obligada por mi padre —aplaudo y al momento Inna se me une divertida