Capítulo 10

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10 | Pincha pero no duele

❝ 𝐈 𝐬𝐭𝐢𝐥𝐥 𝐭𝐚𝐬𝐭𝐞 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐚𝐬𝐭.❞


Las pisadas de Matt se sentían como si cargase una bola de hierro en cada pie. El día se encontraba nublado, frío y triste. De cierta manera se sentía identificado con el clima.

Se encogió más en su lugar, deseando que su propio abrigo azul oscuro le tragase en su profundidad. Blake estaba a metros de él, absorto en su móvil. Se despeinó su cabello dorado con la mano como quien juega con la cabeza de un niño, y acercó el celular a su oído, probablemente para escuchar un audio. Se veía estresado.

Matt miró a un lado apretando sus labios. Su corazón latía con fuerza y eso le molestó. Se encontraba nervioso, y para él, estar nervioso significaba perder los papeles. Estaba enojado, decepcionado, y no pensaba perdonarle esa a su ex amigo. Aunque su relación aún no se daba por terminada, en su cabeza, ese era el caso.

Cogió un suspiro y volvió a mirar al frente a la vez que retomaba su caminata. Para llegar a la puerta de su facultad tenía que pasar a su lado. No había otra.

Una ventisca de frío le dio en toda la cara enfriando su piel y suavizándola aún más. Parpadeó varias veces con incomodidad.

—Hey, Matt. —La suave voz de Blake le detuvo, tensando su aliento. Giró su cabeza encarándole. Sus ojos azules le observaron con inseguridad— ¿Qué… qué tal?

«¿Va en serio?» pensó con enojo, aunque no lo expresó. En su rostro se podía sentir tan solo pura frialdad a través de sus relajadas facciones. Levantó una ceja con lentitud y miró a Blake con tanta intensidad, que a este se le olvidó respirar por un segundo.

Era más que obvio que seguía molesto con él.

—Bien —contestó en voz baja pero con firmeza.

—Me alegro de que estés bien, Matt.

—Espero que vosotros lo estéis también —dijo en respuesta, poniendo ambas manos en sus bolsillos. Tenía las manos frías.

Blake sonrió dudoso y apretó el agarre del móvil que traía.

—Estamos bien.

Matt asintió y se dio la vuelta para irse, sin apenas decir un adiós. Una sensación ardiente en su pecho le produjo angustia. ¿Por qué de la nada le preguntaba qué tal estaba? ¿Cuál era su intención con ello? Si no quería seguir siendo su amigo, tenía que cumplir con su palabra. No ir hablando con él cuando le apeteciera.

Pero Matt no era tonto. Conocía bastante bien a Blake. Quería dejar claro que las cosas eran por un buen motivo, y que no le odiaba. Blake, en otras palabras, se sentía culpable y no quería parecer el malo.

Sonrió en su interior, aunque para el exterior lo expresó con una mueca retorcida. Le daba igual las intenciones de Blake. Le daba igual su estado, sus emociones o lo que pensaba. Ya estaba harto de tener en cuenta esas idioteces. Tenía más cosas de las que ocuparse en la actualidad.

Como el caso de su vecino asesinado y el responsable de ello.

O ponerle límite a sus pesadillas que le quitaban el sueño. Las pastillas cada vez le hacían menos efecto, y se las pasaba hasta las tantas despierto —después de levantarse mal—, observando un punto fijo de la pared oscura de su habitación.

O la semana de exámenes que se le estaba avecinando. Tenía que comenzar a estudiar cuanto antes y darle prioridad a sus trabajos y tareas de clase.

—Buenos días. —Skyler apareció a su derecha junto a la segunda castaña. Esta última se estaba acomodando su gorro de lana con torpeza.

El caso de Max Denovan © 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora