Capítulo 7

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Importante: debido a que cambié la dinámica de las actualizaciones, haciendo de la parte uno y de la parte dos (de cada capítulo) uno solo (como es originalmente) veréis algunos comentarios pertenecientes a la parte anterior. No supone ningún problema ya que al ser de la parte anterior, no porta ningún spoiler. Pero aviso para que lo sepáis de antemano.

07 | Muy cerca

❝𝐖𝐞 𝐧𝐞𝐯𝐞𝐫 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐢𝐳𝐞 𝐡𝐨𝐰 𝐟𝐫𝐨𝐳𝐞𝐧 𝐰𝐞 𝐚𝐫𝐞 𝐮𝐧𝐭𝐢𝐥 𝐬𝐨𝐦𝐞𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐭𝐚𝐫𝐭𝐬 𝐭𝐨 𝐦𝐞𝐥𝐭 𝐨𝐮𝐫 𝐢𝐜𝐞. ❞

Bridgett Devoue

-Dios mío. -Respiró Kenzie con ambas manos apoyadas en lo que tenía delante, y con el cuerpo tenso.

Matt se encontraba en la misma posición pero con las manos en el volante.

El golpe había sido fuerte, por lo que no era de sorprender que uno de ellos esté herido. Llevó la mano de inmediato hacia el lado en donde le dolía en la frente y después la miró. Había sangre en sus dedos, y el olor de ésta se instaló en sus fosas nasales más rápido de lo que le hubiera gustado.

-¿Estás bien? -preguntó Kenzie llamando su atención.

Matt alzó la vista para observarla bien por si ella también se había hecho daño.

-Bien. Parece ser que soy el único herido. ¿O me equivoco?

-Por mi parte no me he hecho mucho daño. Solo el susto. -Y era cierto. Su respiración seguía agitada-. Gracias.

El joven se relajó ante ello, recordando el motivo por el que le había agradecido. Lo primero que hizo Matt ante el impacto fue poner su brazo sobre ella protegiéndola.

-¡Eh! ¿Estáis bien? -Alguien gritó desde afuera a la vez que tocaba la ventana con leves golpecillos.

Matt abrió la puerta para salir con lentitud puesto que su cuerpo se sentía adormecido y una ola de náuseas le habían invadido el estómago. Se tambaleó un poco hasta que fue sujetado por alguien mucho más alto que él.

-Eh, te tengo -le dijo con suavidad una voz masculina- ¡Lena! ¿Ella está bien?

El castaño miró con confusión a quien le sujetaba. Era un chico rubio, probablemente mayor que él por un par de años y con un aspecto fuerte representando su figura.

-Sí, sí.

-Venga. -Le volvió a hablar -. Vamos a sentarnos en la banca que está ahí al lado. ¡Lena, asegúrate de coger sus llaves y de cerrar la puerta!

-¡Vale!

En cuanto Matt sintió su trasero en una superficie fría, su cuerpo se relajó de inmediato. Miró sus manos temblorosas que a la vez no dejaban de sudar. Se sintió avergonzado por ello a pesar de saber que nadie lo iba a notar.

La llamada Lena, notando como las personas se reunían a su alrededor con curiosidad, les ahuyentó de inmediato con molestia pero manteniendo su actitud amable, para después acercarse a él.

-Tienes una herida -señaló en un tono delicado que le causó un estremecimiento al menor.

Era parecida al otro chico, a excepción de la altura y el tono de piel. Era muchísimo más blanca que el anterior, y sus facciones eran tan suaves y hermosas que era imposible que fueran desapercibidas. Se arrodilló frente a Matt tocándole el mentón, y le inspeccionó con su mirada azulada.

-No está tan mal como lo esperaba. Aún así tienes que ir al hospital -comentó.

«Hospital. Sí. Hospital.»

El caso de Max Denovan © 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora