Capítulo 29

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29 | Inteligentes al punto de compartir el mismo veneno

"𝐓𝐡𝐞 𝐬𝐰𝐞𝐞𝐭𝐞𝐬𝐭 𝐬𝐦𝐢𝐥𝐞𝐬 𝐡𝐨𝐥𝐝 𝐭𝐡𝐞 𝐝𝐚𝐫𝐤𝐞𝐬𝐭 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐬..."

Sara Shepard

Los tres llegaron a la comisaría con sus emociones mostrándose en cada detalle de su persona. Skyler portaba la respiración ajetreada y los ojos llorosos, maldiciendo toda la situación en su interior; Blake se había remangado su sudadera y tenía el cabello despeinado, buscando con los ojos respuestas en cada rincón que encontrase; Y Matt estaba con el cuello tenso, los labios apretados y la mirada fría y calculadora.

Levi les observó desde el mostrador del centro, con una seriedad capaz de perforar seguridades.

—Skyler Denovan, pasa conmigo por favor.

A su lado había un chico joven, de cabello anaranjado, mirada inocente y sonrisa decidida. Matt entrecerró sus ojos en su dirección con interés.

Un rostro nuevo significaba muchas cosas.

Podría ser uno más, o uno menos.

Matt notó como tragaba saliva ante la intensidad de sus ojos.

Para él, ese chico era fácilmente una presa. La pregunta era, de dónde había salido para estar tan cerca de los detectives de Max Denovan.

—Sky. —Matt la paró con suavidad. Ella se giró para encararle—. Estate tranquila. Es solo parte del juego. Mack no es capaz.

Ella cerró su boca y negó con la cabeza para luego ser escoltada por el detective inglés y el chico pelirrojo.

Blake apartó a Matt hacia un rincón. Sus manos se sintieron frías y le causó curiosidad su preocupación exagerada. Kenzie era demasiado cercana a Skyler. Y por su parte, era su amiga. En el caso de Blake, debía formar parte de su interna película de terror llena de paranoias y teorías extremas.

Tenía que tranquilizarlo antes de que diera señales negativas a los detectives. En especial a Elliot.

—¿Cómo sabes eso? —le interrogó en un susurro, cerca de su cuerpo y con los brazos cruzados sobre su pecho.

Con esa postura, parecía el doble de grande en comparación con Matt. Él alzó sus ojos, dubitativo.

—¿El qué?

—Que Kenzie no sería capaz de hacerlo.

—La gente se cree que es fácil acabar con la vida de una persona. Pero la realidad es distinta. Es demasiado cobarde para ello y no se atrevería.

Blake parpadeó varias veces.

—¿Cobarde? —murmuró confuso, enarcando sus cejas—. ¿Por qué cobarde?

Su amigo hizo una pausa antes de responder. Tenía que ser cuidadoso con sus palabras.

—Todos tememos por nuestras vidas —relajó sus párpados, ladeando su cabeza con desafío—. ¿Tú no?

—No me refiero a eso, Matt...

—Solo mantén en tu cabeza que para hacer algo así, hay que hacerlo bien. No terminarlo y quedarse en la escena.

—Hay asesinos impulsivos. O que se arrepienten poco después.

—No te lo niego. Pero Mack no sería de esos.

—¿Ah sí? ¿O sea que sería una asesina a sangre fría que lo planifica todo como el maldito responsable de toda esta locura?

Matt apretó los dientes. El aire quedó estancado a mitad de su garganta y le había creado un nudo desagradable.

El caso de Max Denovan © 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora