35. Hogar

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Tuve que irme unos días, mi caos mental era demasiado y no quería involucrarte. Sí, tenías razón, te estuve esquivando y pensé que al volver a verte ya no sería igual.

Sabía que estabas enojado y no creo tener ganas de lidiar con eso en este momento.

Pero nos vimos de pura casualidad, me observaste y te acercaste, sentía tu enojo, yo solo me quedé parada en el mismo sitio observando como te acercabas. Y mi corazón dijo: Al diablo, lo extraño.

Así que solo sonreí, y no se qué causó mi sonrisa en ti que tu cuerpo se relajó de inmediato, tus ojos ya no se veían oscuros por el enojo, estaban brillantes, y tu hermosa sonrisa apareció, fue como un bostezo, contagioso.

Ambos nos dimos cuenta de lo que estaba sucediendo, pero yo aun no estaba segura de que quisieras que me acercara, pero mis dudas se fueron cuando tocaste mi mejilla y la acariciaste, como siempre lo haces.

"Me acabo de dar cuenta lo mucho que te extrañé" Fueron las palabras que salieron de tus carnosos labios "Juro que tenía un dialogo en mi mente sobre lo enojado que estaba, pero ya no me acuerdo de nada"

Lo abracé, olía a él, no a su perfume, porque ese lo usa en ocasiones especiales, su olor natural, el olor de su casa, de su ropa, de su cama...Su olor.

Mis ojos sin poder controlarme se cristalizaron, ahí me di cuenta que estuve buscando paz mental en el lugar equivocado, no lo quería involucrar pero él era el único que me hacía sentir en mi hogar, porque él es mi hogar. Al irme alejando mis problemas de él cree nuevos problemas que lo hicieron torturarse el tiempo que no estuve.

Prometo no volver a irme...Tu siempre serás mi hogar.

Pensamientos ObsesivosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora