18. Llena de rabia

121 16 0
                                    

Se que estoy llena de rabia y enojo cuando la punta de mis dedos se siente densa, cuando no encuentro la forma de relajar mi mandíbula y cuando huyo de la situación o el sentimiento que me hizo explotar.

Soy la persona mas pacífica y calmada, las mas tolerante y paciente... Tú eres el que hace que siempre llegue esa maldita sensación de la que he huido toda mi vida.

Eran tardes tranquilas hasta hoy, te vi por casualidad y mis piernas temblaron al verte, mis ojos solo captaban tus movimientos y mi atención era para ti y solo para ti aunque estuviéramos en una sala llena de gente.

Era una visita rápida pero no querías que me marchara, me extrañas, extrañas lo que te hago sentir y juro que me pasa lo mismo, pero decido ignorar esa señales que me lanzas porque después no dejo de pensarlas y mi mente debe centrarse en cosas mas importantes que no sean tu.

Entonces me iba con mi mente tranquila, pero me seguiste, intentabas captar mi atención y lo lograste, porque mientras te invitaba a una tarde a mi lado tu solo respondiste que quisieras ir pero que ya tienes otro compromiso, que por cierto, se que nunca te confirmó. Me miras a los ojos y me dices que otra ya te invitó a que la acompañes.

Quisiera no conocerte tanto, pero en el fondo sabías que con esa otra jamás sentirías lo que sientes conmigo, pero así eres tu, buscando cantidades de mujeres y diciéndole al mundo que tu no sientes cuando yo misma he presenciado las ráfagas de emociones que expulsas solo al mirarme.

¿Por qué te da tanto miedo amarme y dejarte amar? ¿Por qué buscas hacerme enojar?

Estábamos conversando tranquilamente frente a tu casa, pero tu tenías la necesidad de hacerme saber que ella iba hacer que te olvides de mi, entonces ¡Hazlo! Pero se que cada vez que lo intentas no obtienes lo que quieres y vuelves a mi cuando ya estas a punto de reventar, y yo siempre estoy para recibir el impacto.

¿Cuánto creen que pueda seguir soportando? Porque empiezo a sentir la punta de mis dedos pesado, la mandíbula se me puso tensa y tomé la excusa de que mi madre me estaba llamando.

Pensamientos ObsesivosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora