Prólogo

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Aunque Kyle y Cartman se habían conocido desde que eran prácticamente unos bebés en el característico pueblo de Colorado, su relación no presumía de ser de las más amenas. Ambos tenían solo 8 años, Kyle era más tranquilo pero la boca de Cartman desde luego no era la de un niño de su edad.

Esos labios emanaban tantas palabras racistas que llegó un momento en el que Kyle simplemente se había cansado de él. Había decidido cortar cualquier relación que tuviera con Eric, si es que a aquello se le podía llamar relación.

Stan hizo todo lo que estuvo en su mano para evitar que se separaran, porque de alguna forma le resultaba incómodo formar parte de un grupo de amigos quebrado. A Kenny le importaba menos, pero le inquietaba ver a Cartman tan sólo esperando el bus o a la hora del almuerzo. Por algún motivo que se desconoce, aparte de que Cartman era un jodido desastre parlante, todos habían decidido irse con Kyle.

Ya no había más: "Cállate judío" o "Todos son unos putos maricas menos yo".

Eric Cartman simplemente se había evaporado de la vida de todos.

Kyle no pretendía durar con ese vacío permanentemente, y desde luego su intención no era que repentinamente Cartman se quedara sin amigos. Solo quería que reflexionara un poco y quizás que se disculpara con él, pero ese gordo fue orgulloso hasta el final. Para cuando el pelirrojo se había rendido de escuchar algo bueno viniendo de Eric, éste ya se había mudado muy lejos siendo anunciada esta noticia por el profesor Mr.Garrison.

Podría llamarse moralidad o lo que fuera pero Kyle se sentía culpable al haber expulsado a Cartman de Colorado, aunque fuera indirectamente y desde luego sin querer. Y aunque Mr.Garrison no podía otorgar información del porqué Cartman se había ido de South Park, Kyle se sentía responsable.

Stan hablaba con el pelirrojo en el almuerzo, discutiendo con él acerca de cual sería el verdadero motivo de Eric para abandonar aquel lugar donde se había críado. Las palabras eran opacas a oídos de Broflowski, solo entraban sin ningún significado y salían igual de vacías mientras a él solamente se le formaba un nudo en la garganta.

Decidió ignorar el tema por unas semanas, bueno, quizás estaba ignorando todo y a todos durante ese tiempo. A veces escuchaba a Kenny y Stan hablando entre ellos, restándole importancia al estado de ánimo de Kyle y él solo podía maldecirlos.

¿Por qué era el único que se preocupaba por Eric Cartman? ¡Ni que fuera una enamorada, joder!

Por mucho que intentara arrancar esos recuerdos de su mente no podía, quizás si antes de que se fuera no le hubiera dicho lo mucho que le molestaba y lo mucho que deseaba nunca haberlo conocido, entonces no estaría tan preocupado.

Terminó yendo a las faldas de Liane para pedirle algo de información acerca de su amigo, porque pese a lo que se esperaría de una madre, ella no acompañó a su hijo allá a donde fuera que huyó.

- Cartman está bien cielo, es solo qué me resulta complicado explicarte esto.

La mujer se hacía de rogar y Kyle solo podía pensar catastróficamente, ¿Había arruinado la vida de un niño terminal? Era la única forma de explicar por qué demonios Liane parecía tener un aura tan tétrica.

- Verás Kyle, he cometido un error. Eric últimamente estaba desanimado y creí que para levantar su humor podría contarle un poco más de su padre.

Aquella historia no iba bien encaminada, y era porque él si era consciente del porqué últimamente Eric no levantaba cabeza.

- Resulta que Jack era general en un ejército de Alemania, uno muy importante. Y ahora que recientemente ha fallecido, he mandado a Eric a ocupar su puesto. Él quería claro, ya sabes como puede ser.

Aires de CúpidoWhere stories live. Discover now