Dios, ten piedad

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El pelirrojo siempre sabía que los días soleados eran bonitos, eran radiantes y estaban llenos de calidez.

Ese día no tenía sol, Alemania siempre había sido un país lluvioso pero Kyle amaba aún más a Cartman que a un día soleado.

Y era estúpido, tenerlo cantando repleto de felicidad a las ocho de la mañana por el balcón del hotel. Era tan extraño, y aparentemente tan irritante que Tweak había ido personalmente a aporrearle la puerta.

- ¡Calla!- decía el rubio al otro lado de la puerta.

Kyle fue, abrió la puerta y le enseñó la lengua. Tweak solo se maldijo a sí mismo, luego miró detrás de Kyle como Cartman dormía pacíficamente y se fue.

- No tardes en venir al lobby, Craig dice que tienen que seguir con su plan o lo que sea.

No quería saber que había pasado allí.

Para Broflowski aquel era el momento idóneo para aclararse en mente y espíritu e intentar recomponerse, porque él no era ninguna clase de héroe y necesitaba tomar un descanso de tanta tragedia. Era normal, aunque parecía que Craig quería apresurar las cosas, así que dejó un beso en la frente de Cartman y salió de la habitación, tan solo él y sus pantalones.

- Hey, Craig, Tweak...- le había dicho que se diera prisa pero ahora era él quien tenía que esperar en la puerta de la habitación.

El de cabellos oscuros terminó abriendo la puerta hecho un harapo, con la ropa y el pelo desordenado. Y pese a todo, Tweak seguía de punta en blanco, así que Kyle concluyó en que solo había tenido una mala noche.

- ¡Qué!- resopló Craig.

- De qué nada, fue Tweak quien me dijo que querías seguir hablando del plan y eso...

- ¡Sí, pero no a las ocho de la mañana! Déjame dormir psicópata- le enseñó el característico dedo del medio y cerró la puerta de un portazo.

Era un jodido gilipollas.

Pero no dejaría que eso le arruinara el humor que había construido desde que se levantó, así que regresó a su respectiva habitación y se sentó al borde de la cama.

Era un jodido Ángel. Se quedó allí, solo acariciando el pelo de Eric y soltando suspiros al aire como una enamorada.
¿Qué clase de droga del amor había tomado? Y pensar que estaban en guerra, que habían sufrido maltrato y habían estado años el uno sin el otro; solo imaginarlo hacía que le doliera el pecho.

Se volvió a recostar en la cama junto a Eric, mirando al techo mientras todas las imágenes de las masacres paseaban por su mente.
David no mereció morir, el Chef del colegio tampoco, y en definitiva un montón de muertes de personas inocentes. Kenny debía estar acumulando un Karma horrible, pero seguro a Kenny tampoco le importaba ninguna mierda mística de esas.

No sabía si Craig era consciente de todas esas muertes debido a que estuvo encerrado en su habitación por casi diez años, pero de ser consciente explicaría su mal humor, y Dios, Kyle no era capaz de ver más muerte. Sobre todo por el estado en el que dejaban los cuerpos, los veía desde hacía días, un montón de cadáveres tirados en la calle como si fuera mera decoración.

En período de guerra, los que piensan son los que más sufren, porque los recuerdos dañan las neuronas pero son los inteligentes los que sobreviven después de todo, por mucho que estén sufriendo. Con daños, demasiadas heridas pero vivos, seguían vivos.

Habían días en los que pensaba que definitivamente se volvería loco, y pasaron un par de horas hasta que Kyle pudo dejar su mente en blanco de nuevo.
Cartman aún no despertaba, pero Craig ya estaba marcando presencia en la puerta de su habitación de nuevo, con sus característicos golpes marcados en la puerta.

Aires de CúpidoWhere stories live. Discover now