Nazis

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ATTE.: ALERTA CONTENIDO DE VIOLACIÓN.

Después de algunos sollozos amargos y de una conversación banal acerca de lo que habían desayunado durante la última semana, habían decidido reposarse en la esquina más lejana al exterior del cobertizo.

Las respiraciones aceleradas y temerosas de Kyle estaban comenzando a sacar de quicio a Cartman quien para hacérselo notar le había dado un codazo al pelirrojo.

– ¡Auch!

Por mucho que Kyle preguntaba, Eric estaba decidiendo mantener un silencio sepulcral pues realmente no sabía muy bien como explicarle toda la situación.

– Soy comandante– dijo Cartman– de un ejército, del ejército que viste en la cafetería. Por eso no nos persiguieron.

¿Comandante? Creía que había escuchado mal o que simplemente Cartman se había vuelto loco durante su ausencia.

Devolvió el codazo a Cartman, más en juego, creyendo que todo lo que estaba diciendo su amigo era una jodida broma paranoica.

– Judío, si quisiera hacer una jodida broma me estaría riendo de ese culo gay que tienes.

No sabía si sentirse ofendido por los insultos de Eric, feliz porque había vuelto o abrumado porque estaba en manos del director que filmó la película: "La muerte de Kenny y el abandono de Stan". Solo se quedó un poco de todo, sus emociones terminaron estallando y se levantó lleno de rabia solo para asestarle un derechazo en el ojo a Cartman.

– ¡PUTO JUDÍO!– Cartman gruñó y empujó hacia atrás a Kyle– No me pegues sin antes terminar de escuchar la historia. Yo no estoy detrás de la muerte de Kenneh, no soy un psicópata.

Eric sentía que el ojo le palpitaba, sentía un dolor punzante en la zona y estaba completamente seguro de que su preciosa cara se vería arruinada. Solo esperaba que un poco de pomada pudiera ayudarle con su futuro moretón.

Aunque no guardaba resentimiento hacia Kyle, como hacerlo si el pelirrojo había visto a uno de sus amigos morir y a otro atrapado en el fragor de la batalla. Cartman no podía salvarlos a los dos, tenía que elegir a uno y era obvio que Eric solo podía pensar en salvaguardar a Kyle.

– El líder Alemán me obliga y yo tengo que obligar al resto, porque soy su comandante. Siempre creí que ser Hitler sería la hostia...

No pudo explicar nada más porque enseguida se echó a llorar otra vez, Eric Cartman había sufrido más en todos aquellos años que South Park en toda su eternidad y las recriminaciones de Kyle solo le hicieron creer que todo aquello por lo que se había mantenido en pie había sido inútil.

– No, Cartman. Yo... Lo siento– Kyle terminó por envolver a Cartman entre sus brazos, intentando reconfortarlo y a su vez intentando mantener la calma suficiente para no asestarle otro golpe en la cabeza por idiota.

Seguía sin saber que había pasado en la vida de Cartman que fuera tan doloroso como para tenerlo llorando a moco tendido en frente suyo, cuando él había perdido a uno de sus mejores amigos y ya ni siquiera lloraba. Aunque Kyle no lloraba porque ya no le quedaban lágrimas por llorar.

Todos sabían lo bien que habían vivido Kyle, Kenny e incluso Stan durante esos 8 años hasta el día de hoy. Pero nadie sabía todas las heridas que Cartman estaba soportando él solo.

– Y tu padre es Jack, el padre de Scott también y el antiguo líder Alemán, también tenía un ejército y nos conocimos en mi viaje de fin de curso a Roma. Cuando era una adolescente– recordaba la historia que su madre Liane le había contado cuando tenía ocho años de edad, la tenía grabada a fuego.

Aires de CúpidoOn viuen les histories. Descobreix ara