Cúpido

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Kyle tomó la delantera hacia el ataque de Kenny, derribando algunos soldados frente a sí, esquivando balas a duras penas y con una sed de sangre frenética.

Cartman lo siguió poco después, aunque él empezó a jadear del cansancio mucho antes, a pegar a algunos soldados con el arma, y dando tiros al aire con la suerte de que a alguno le daba. Aunque la mayoría los derribaba a base de placajes.

En cambio, Stan quedó en la entrada, si es cierto que había gritado al inicio lleno de furia... Pero al observar bien a Kenny, después de tanto tiempo y con todo lo que lo extrañaba, se estaba sintiendo horrible. Se le estaba formando un nudo en la garganta, tenía muchísimas de llorar. Él lo único que quería era abrazar a su chico rubio, pero lo sentía como una traición a sus amigos quienes estaban en medio de una pelea sangrienta.

Stan vio en dos minutos más cabezas volar que en esos años de vivencia sangrienta.

- ¡Stan! Muévete- Kenny gritó, mientras forcejeaba con un soldado que intentaba quitarle el arma y de quien Cartman tuvo que hacerse cargo.

Mientras, Kenny se mantenía impasible detrás de ese pelotón de soldados, mirando sobre todas las cabezas y todos esos cuerpos inertes únicamente a Stan.

Stan le devolvió la mirada, se sentía sin aliento, toda su vida se le había esfumado una vez cuando esa bala golpeó el cristal una vez en la cafetería, y teniendo que traicionar sus sentimientos creía que podría morirse por segunda vez. Pero aún así, dio un par de pasos, y empezó a arremeter contra los soldados, sin dudas, porque al menos ellos no eran Kenny. Enseguida acabaron con unos cuantos, y ese escenario solo ponía a Kenny en un estado frenético porque al muy malnacido le encantaba ver sangre.

Habían quedado ellos, Stan, Cartman, Kyle y Kenny. Ellos y un pelotón reducido de soldados, hasta entonces Kenny no había dado ni una sola orden, pero se puso en pie y sacó una escopeta con la que disparó cerca de un pie a Kyle.

- Ahora- dijo Kyle.

Aprovechó que estaban todos desconcertados, Kyle se había asustado y se mantuvo unos segundos estático, los suficientes. Cartman y Stan habían desviado su atención a Kyle, solo para ver que el disparo no le había alcanzado.

Y dos soldados (de los 4 que quedaban) sujetaron a Cartman por el cuello con el antebrazo, a Eric le costaba mantener la respiración porque ese soldado tenía el brazo bien entrenado.

- ¡Suéltalo!- fue lo primero que Kyle alcanzó a gritar- Por lo que más quieras Kenny, suéltalo o te juro que en todas tus vidas, cuantas veces se te ocurra reencarnar, te mataré en todas tus jodidas vidas.

- ¿Tú y quien más?- interrogó Kenny mientras acordaba distancias con Eric y le clavaba la mirada.

Mientras tanto Stan se mantenía quieto, como una estatua, deseando que el amor que sentía por él le llegara de alguna forma y parara su juego malévolo. Rezaría de rodillas si era necesario, para que Kenny ablandara su corazón, y eso que Stan no era precisamente religioso.

- ¡Stan, dile algo!- le gritó Kyle.

- Kenny...- Stan titubeó- Kenny, yo te amo, de verdad... No hay ningún día que no haya pensado en ti. Y yo nunca te vi de menos, tú crees que todos íbamos por delante de ti y que te ignorabamos pero al menos yo siempre miraba atrás para asegurarme de que nos seguías el paso. Yo te amo Kyle.

- ¡No digas tonterías Stan! Si tanto me amaras no te habrías ido de mi lado dios mío, si este plan de matar judíos fue de este gordo miserable... A él se le ocurrió la idea ¡Y luego el villano soy yo!

- ¿Como?- contestó Kyle.

La expresión de Cartman había cambiado completamente. El remordimiento había apresado su ser, una corriente de aire fría entró por el portón y añadió al ambiente más pesadez.

Aires de CúpidoWhere stories live. Discover now