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—¿Quieres probar primero?—Ruth le pregunto a Casper mientras estaban sentados en el invernadero de Herbología. Era su segunda semana de regreso a Hogwarts, y la carga de trabajo definitivamente no fue fácil.
Casper miró al snargaluff, luciendo de alguna manera inofensivo pero extremadamente peligroso. Tenía la apariencia exterior de un tocón nudoso, pero por la clase anterior de teoría, Casper y Ruth conocían las enredaderas cubiertas de espinas que se escondían dentro de la planta.
—Creo que tu deberías,— dijo Casper.
Ruth frunció el ceño, pues esperaba que su amigo corriera el riesgo. —Sabes que falle mis timos de Herbología,— dijo. —Intenta agarrar la cápsula y la mantendré presionada si intenta atacar.
—Cuando intente atacar,—dijo Casper poniéndose los guantes con amargura.
Ruth observa, sin aliento, mientras la mano de Casper avanza lentamente hacia la abertura del muñon. Su mano apenas logro entrar cuando una de las enredaderas salió disparada, golpeando al aire.
Ruth trató de sujetar la planta, usando toda la fuerza que tenía para empujar la vid sobre la mesa. Pero era demasiado poderoso y resbaladizo para que Ruth lo domesticara. Intentaron recuperar el snarguluff muchas veces, pero no tuvieron exito. Por lo general, era culpa de Ruth, ya que la enredadera cubierta de espinas siempre parecía escapar de su agarre justo antes de que Casper tomara vaina verde.
La profesora Sprout anuncio el final de la clase, lo que resulto en que Casper y Ruth, quienes estaban cubiertos de rasguños, renunciaran a la tarea que se les asigno.
—Señorita Ash,—grito la profesora Sprout. —Quedate un momento.
Casper y Ruth compartieron una mirada. —No me esperes, te vere en el gran comedor.
Casper asintió rápidamente y salió del invernadero junto con los demás estudiantes. Ruth se acerco a Sprout, medio asustada de lo que iba a decir la profesora.
—Como te sientes con el regreso a Hogwarts?— Dijo la profesora Sprout, manteniendo una conversación casual.
Ruth sonrió. —Los primeros días fueron agotadores. Pero después de casi un mes, estoy bien.
La profesara Sprout asintió, poniéndose unos guantes para recoger lo que dejaron los estudiantes mientras trabajaban.
—Y como vas con Herbología?—Esa fue su siguiente pregunta.
Ruth se quedo callada. Herbología era su peor materia, solo la tomo porque era una de las necesarias para convertirse en auror.
La profesora Sprout sonrío ha Ruth. Le caía bien la morena, es por eso que la dejo seguir en su clase con el nivel de extraordinario.
—Le estas encontrando dificultad,—dijo mas como afirmación que como pregunta. —Eso lo he visto por tus calificaciones.
Ruth se miró los pies, avergonzada. —Quiero ser auror, se necesita la materia de Herbología para convertirme en uno, por favor no me eche de la clase, me esfuerzo más, lo prometo...
—Nadie dijo sobre echar a nadie—dijo la profesora, Ruth miró hacia arriba para ver que tenía una sonrisa en su rostro. —Estaba pensando más en un tutor.
—¿Un tutor?.
La profesora Sprout asintió con la cabeza, —Ya pense uno que está en su clase—continuó. —He revisado sus horarios. Ambos tienen un período libre el miércoles, que pasarán estudiando en la biblioteca juntos.
Ruth arqueó una ceja, ¿quién será su tutor?
—El almuerzo comenzó hace 10 minutos—dijo la profesora antes de que Ruth pudiera hacer su pregunta, —Será mejor que te vayas.
Ruth agradeció a la profesora antes de salir del invernadero. El Gran Comedor estaba lleno de gente cuando llegó, incluido un Casper de aspecto solitario, que miraba hacia la puerta cada dos segundos.
—¿Qué quería la profesora Sprout?—Preguntó tan pronto como Ruth se sentó.
—Ella me dio un tutor—, dijo Ruth.
—¿Un tutor?— Casper repitió
Ruth asintió con la cabeza, miró a Casper con sospecha, — ¿Estas jugando conmigo porque estoy bastante segura de que eres mi tutor?— Preguntó.
Casper negó con la cabeza, —No soy tu tutor Ruth.
—Entonces, ¿quién sería?—Dijo, —eres uno de los más inteligentes de la clase.
—No lo soy—se defendió Casper, —Hay mucha gente inteligente incluyendote a ti.
—Acabo de conseguir un tutor porque estoy reprobando una asignatura.
—Lo sé, pero...—empezó Casper. No pudo encontrar más palabras al parecer mientras se quedaba en silencio. Ruth llenó el silencio con una risa satisfecha. —No tengo idea de quién podría ser—dijo Casper finalmente. —Pero espero que te ayuden a entender el tema.
Ruth asintió mirando hacia abajo de la mesa, —Sí, espero.
