14. Aragog

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El verano estaba a punto de llegar a los campos que rodeaban el castigo. El cielo y el lago se volvieron del mismo azul claro y en los invernaderos brotaron flores como repollos. Pero sin poder ver a Hagrid desde las ventanas del castillo, cruzando el campo a grandes zancadas con Fang detrás. Y, al interior del castillo, las cosas iban de mal en peor.

Alessia se sentía decaída. Ella, Harry y Ron habían intentado visitar a Hermione, pero incluso las visitas a la enfermería estaban prohibidas.

── Por favor, señora Pomfrey ── dijo la pelirroja mirando a la mayor ──. Sólo serán cinco minutos...

── No, lo siento. No podemos correr más riesgos ── les dijo severamente la señora Pomfrey a través de la puerta entreabierta ──. Hay demasiado peligro de que pueda volver el agresor para acabar con esta gente.

Ahora que Dumbledore no estaba, el miedo se había extendido más aún, y el sol que calentaba los muros del castillo parecía detenerse en las ventanas con parteluz. Apenas se veía en el colegio un rostro que no expresara tensión y preocupación, y si sonaba alguna risa en los corredores, parecía estridente y antinatural, y enseguida era reprimida.

Alessia y Harry se repetían constantemente las últimas palabras de Dumbledore: «Sólo abandonaré de verdad el colegio cuando no me quede nadie fiel. Y Hogwarts siempre ayudará al que lo pida.» Pero ¿con qué finalidad había dicho aquellas palabras? ¿A quién iban a pedir ayuda, cuando todo el mundo estaba tan confundido y asustado como ellos?

La indicación de Hagrid sobre las arañas era bastante más fácil de comprender. El problema era que no parecía haber quedado en el castillo ni una sola araña a la que seguir. La pelirroja y el azabache las buscaban adondequiera que iban, y Ron los ayudaba a regañadientes. Además se añadía la dificultad de que no les dejaban ir solor a ningún lado, sino que tenían que desplazarse siempre en grupo con los alumnos de Gryffindor. La mayoría de los estudiantes parecían agradecer que los profesores los acompañaran siempre de clase en clase, pero a Alessia le resultaba muy fastidioso.

²Alessia y la Cámara de los SecretosUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum