18| Caída roja

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Lukyan en multimedia.

Todos los presentes me observan con los ojos muy abiertos, además de que permanecen agrupados

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Todos los presentes me observan con los ojos muy abiertos, además de que permanecen agrupados. Mi padre los hace reaccionar a gritos, pide que ayuden a Naomi y me carga en brazos, ya que no puedo valerme por mi cuenta en estos momentos.

El grito deja de escucharse en el instante en el que apoyo la cabeza en el pecho de mi padre, él acaricia mis cabellos, y recorre los pasillos con rapidez, sin perder ni un segundo. Mis palmas arden por las quemaduras, las que en vez de rojas son blancas como una hoja de papel.

En ocasiones miro a mi mejor amiga por el rabillo del ojo, ella mantiene los párpados cerrados y sus labios están inusualmente pálidos.

Ella debió mantenerse alejada...

Ahora nuestras manos están en este horrible estado.

¡Carajo!

Y Lukyan. Él está en emergencias, no apareció en todo el día y cuando lo hizo se encontraba muerto en vida... esos moretones se veían recientes.

Todo es tan extraño...

-Es aquí, West -avisa mi padre en voz baja e ingresamos a un consultorio de color blanco, el que está a rebosar de frascos y empaques de medicamentos.

Me depositan en una camilla y hacen lo mismo con Naomi, la que mantiene la mirada gacha. El compañero de mi padre se excusa y se va por dónde vinimos.

La pelinegra sigue callada y yo empiezo a desesperarme, así que mezo las piernas en el borde de la camilla. Mi padre hace una llamada, lo que hace que salga de la habitación, y aunque no tarda mucho, esto solo hace que mi incomodidad crezca.

Naomi... di algo...

Por favor...

Lanzo un silbido para llamar su atención. Ella ni se inmuta.

¡¿Y si ese líquido la convirtió en zombi?!

¿Me alejo de ella por si acaso?

-¿Este es tu hijo? -pregunta una delicada voz. Encuentro a una mujer de cabello corto y oscuro mirándome. Ella porta una bata blanca y gafas de montura azul.

-Sí, y ella es Naomi Miller, su mejor amiga -comienza a explicar mi padre con su mejor voz de profesional. -Hubo una especie de explosión en la habitación en la que se encontraban, esta soltó un líquido altamente corrosivo...

Él sigue explicando unos minutos más, pero ya no le presto atención, hace que mis antecedentes médicos sean una rutina diaria, como si el que tu amigo haya intento asesinarte fuera pan de cada día.

¿Lo dice de esa forma para no alterarse o es que en verdad piensa que no es importante?

Él es el que más sufre de mi familia por eso... mejor no le doy tantas vueltas.

¡Un rival de otro planeta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora