33| ¿????

576 64 162
                                    


-Estás muy callado -susurra Naomi y me mira con sospecha a través de las gafas protectoras

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Estás muy callado -susurra Naomi y me mira con sospecha a través de las gafas protectoras. Trago saliva y me remuevo en el banco, sus ojos están por perforarme el alma. -¿Tiene que ver con Lukyan?

Santas pelotas, ¿soy tan evidente?

-No -respondo y me fijo en nuestro alrededor por si hay un chismoso escuchando. Para nuestra fortuna los demás grupos están concentrados en el trabajo.

Claro, como tienen preocupaciones adolescentes normales.

-Revisas el chat de Lukyan cada que puedes, le escribes un mensaje y lo borras, no insultaste a Lorenzo cuando me preguntó algo... ¿sigo? -su expresión de te gané revuelve mis tripas, o tal vez es porque no desayuné hoy y estoy tan hambriento que comería una cena de tres.

-Está bien, tú ganas -ruedo los ojos y me llevo una mano al cabello, despeinandolo más.

Extrañaba estas conversaciones con Naomi, ella es capaz de derribar mis barreras, de ver a través de mí como lo haría con un jarrón de cristal.

-Cuando nos reunimos en el almuerzo, la vez que tú faltaste por el club de debate, Lane dijo algo privado de Lorenzo. Él no sabía, de hecho nadie lo sabía. Fue sorpresa -suspiro cansado, este tema oprime mi pecho cada vez que lo saco. -Su especie se extinguió, y defendí a Lane cuando lo dijo -la culpa envenena mi cabeza y al segundo estoy a reventar de pensamientos inútiles y dolorosos.

Tal vez soy una mala persona. ¿Estoy del lado equivocado? ¿Apoyo a Lane porque su padre está muerto? ¿Lo apoyo porque somos amigos? ¿Y qué pasa con lo del pantano? ¿Puedo confiar en él? ¿Y si lo sabe?

Sacudo la cabeza y aprieto las sienes entre mis pulgares, estas palpitan como corazones aparte, esas punzadas de dolor no dan tregua.

Una mano se posa con suavidad en mi hombro, logra sobresaltarse aún más. Y no hago nada para que no se note el susto que me da.

-Bebe -mi amiga me extiende una botella de agua. Su mano da palmaditas en mi hombro, intentando reconfortarme. -No quieres verme enojada porque no cuidas de ti -advierte y entrecierra los ojos, ante la presión tomo la botella con los dedos temblando.

¿Qué hacer cuando uno de tus amigos está a punto de tener un ataque?

Respirar con él.

Vigilar que no le pase nada malo.

Amenazarlo.

¡Así es, público! ¡Amenazarlo! La mejor manera, claramente, es esa.

Una sensación refrescante baja por mi garganta al dar el primer sorbo. A medida que bebo de la botella, a sorbos pequeños, las punzadas de dolor van haciéndose menos frecuentes y mi ritmo cardíaco vuelve a la normalidad.

¡Un rival de otro planeta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora