31| Oye tranquilo, viejo: parte 2

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ADVERTENCIA: .....

-Aquí nos separamos -anuncia Lukyan mirándome de reojo

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-Aquí nos separamos -anuncia Lukyan mirándome de reojo. Estamos en la esquina de mi calle, justo al lado de un farol a oscuras. El cielo pasó de un anaranjado brillante a uno apagado en los minutos que pasamos caminando, casi en silencio, rozándonos los meñiques a veces sí, a veces no.

Sonrío como bobo cuando entrecierra los ojos y pasa el dorso de su mano derecha por mi mejilla. Relamo mi labio inferior, esperando que me bese de una vez. Pero sigue acariciándome el rostro con el pulgar e interrumpirlo me daría una condena de toda una vida.

-¿Qué esperas, Vólkov? Me haré anciano cuando decidas besarme.

¡Apúrate, siento cómo me sale la barba que no tengo!

Ríe y arruga la nariz, lo que lo hace ver tan tierno que lo jalo de la bufanda, obligándolo a agachar la cabeza lo suficiente para alcanzar sus labios gracias a mis pies empinados.

Tras mis párpados veo luces de vivos y brillantes colores, y una calidez se instala en la boca de mi estómago. Suspiro entre el beso cuando coloca una mano en mi espalda baja y mete sus dedos debajo de mi camiseta, las puntas de estos se mueven en círculos por la piel de esa zona.

-Amo cuando me besas -susurra cuando hacemos una pausa. Sin darnos cuenta ya se ha hecho de noche y la amarilla luz del farol ilumina nuestros cabellos. Su cálido aliento llega a mi nariz cada vez que habla. -¿Te confieso algo?

-Mientras no sea otro asesinato a un líder de la mafia... -trata de permanecer serio, pero no por mucho, porque le saco la lengua y una risa se le escapa.

-Fuiste mi primer beso -confiesa con las mejillas tan rojas como manzanas, lo aparto con delicadeza y me lo quedo mirando en busca de bromas.

Me ha pasado que dice cosas y después las desmiente riéndose como poseído. Como aquella vez en la que se hizo el desentendido, haciéndome creen por segundos que lo de sus poderes era mentira, elevando mis sospechas de que me había intoxicado con el ramen y alucinado toda una fantasía de ciencia ficción.

Con novios así, ¿quién quiere enemigos?

¡Hasta los enemigos te tratan con mayor delicadeza!

-¿Cuánto te pagaron para que dijeras eso, Vólkov? -le pregunto buscando por todos lados una cámara oculta o a un ser malévolo que solo desea mi destrucción. -No es gracioso que digas cosas como esas, puedes enamorarme.

-Te escuché sin querer queriendo en la escuela, estás perdido por mí -otra vez esa sonrisita arrogante aparece en sus labios.

Pensar está bien, que Lukyan no te escuche ya es avaricia.

Y en el peor momento posible mi teléfono suena. La suave guitarra de From the Dining Table es paz en mis martillados oídos. Dejo que suene hasta la hermosa voz de Harry, pero Lukyan me hace señas para que conteste.

¡Un rival de otro planeta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora