Pequeña gran amiga

Traidora

~Nerea~

Eran las seis de la mañana; nos habíamos despertamos muy temprano con el afán de estar listo con todo lo necesario para emprender nuestro viaje... pero como siempre... (￣へ￣) se nos había hecho tarde por culpa de Elvis; es por eso que tengo que estar atrás de él... apurándolo para que cumpla a tiempo sus compromisos.

Con un retraso de media hora, debíamos haber llegado con su Madre a eso de las 11:00 AM en la terminal y ya siendo las 10:45 AM 😐 a regañadientes llegamos a paso apresurado; con suerte no perdimos el autobús.

Nerea: ¡¡Eres el colmo...!! (¬_¬) tengo que estar atrás de ti para que hagas las cosas. 😑😑

Elvis: Solo se me hizo un poco tarde...👀 no seas tan dramática. 🙄

Nerea: No me hagas empezar... 😑😑

Faltó poco ¡pero llegamos! nos topamos con su madre en el anden de autobuses y al instante de verse se saludaron muy cordial, seguido se pusieron a platicar, mientras tanto yo le daba una ojeada a todo el lugar, este... era algo estrepitoso a mi parecer, hacia mucha calor y las personas se aglomeraban acrecentaban el bullerío, que poco me dejaba escuchar de la plática.

Explorando con la mirada noté a lo lejos, unos cuantos vendedores ambulantes, también pequeños puestos comida en las entradas del andén; en ese instante me entraron las ganas de picar algo, así que aprovecharía de conseguir mis golosinas favoritas para el resto del viaje, por lo que haría que Elvis las comprara para mi y para llamar su atención sin correr riesgos instalmos lucecitas LeD en mi cuarto de viaje, que accionandas por un switch, me permite hacerle saber que lo necesito, pero no harían falta... puesto que de repente y para mi sorpresa Elvis se apartó a un lado con la excusa de contestar una llamada, solo para decirme en privado con esa ricita burlesca... que sabe que me irrita tanto: 🙄"el autobús se retrasó media hora" (* ￣︿￣) añadió además, que esto pasaba muy a menudo, más de lo que se esperaría; entendiendo así la falta de prisa al salir de la casa esta mañana.

No sabía si enojarme o ponerme feliz, pero a estas alturas ya para que quejarse, así que aprovechando que tenía su atención le pedí mis papas; me miro reprensivo y como siempre... me calló su sermón... "deja de comer tanta comida chatarra, te va hacer daño 🙄" -que viva y deje vivir-.

Cuando el autobús arribó, nuestro viaje empezó, apenas se estacionó en el andén todos los humanos, incluyendo a los que viajaban conmigo subieron de prisa. Salimos de la terminal y por media hora estuve encerrada en mi caja, esperando una oportunidad para salir y estar más cómoda a mis anchas; no fue hasta que de a poco los humanos llegaron a sus destinos que fueron dejando el autobús; quedando casi vacío fue que aprovechamos para ir a la parte trasera donde no nadie nos vería y así pudiese tener la libertad de tomar aire fresco, estirar las piernas y ponerme más cómoda.

Es muy estresante viajar en una caja en la que solo tiene un par de sillas rígidas adheridas a la base de la misma; sillas que cuentan con cinturones de seguridad para los viajes turbulentos, siendo más seguro, pero muy incomodo de soportar por largos periodos.

Pudiendo estar a mis anchas, quise asomarme a la ventana y cuando lo hice... pude ver un hermoso paisaje en movimiento; como la ventana estaba media abierta dejaba entrar una refrescante ventisca de aire que daba directamente a mi rostro, la sensación del aire en mi piel era simplemente liberadora que junto a la vista se comparaba a cómo se sentía aquellos días en el campo, cuando alegre corría entre las yerbas, cuando escalaba las rocas más grandes que podía encontrar, cuando aún... los tenía a mi lado... que nostalgia.