La Primera Impresión

562 15 3
                                    

~Elvis~

Me hallaba caminando bajo el arduo sol en dirección a la susodicha casa embrujada con nada más que mi mochila al hombro, y en la que Llevaba un termo lleno de agua, mi cuaderno de dibujo, lápiz y borrador, también un sacapuntas.

El trayecto no eran tan largo, me tomó menos de treinta minutos a pie. Al llegar me encontré con un gran muro de maleza que se extendía por todas partes, además de que era tan alto que hasta me llegaba a la cintura; en general era todo lo que me dijeron y más, un terreno muy descuidado, y de la casa... ni se diga, casi en ruinas, con un aspecto lúgubre, pero común a mi parecer.

No le di importancia y decidí adentrarme, para ver con que me podía encontrar; lo primero que noté fueron los escalones rechinantes, por lo que subí desconfiado, temiendo que en cualquier momento se rompieran, claro que eso no me detuvo para ingresar.

Habían telarañas por doquier, era una casa muy grande... me pregunto por qué nadie la vino a ocupar antes, ya que a pesar de su deteriorado estado, aún se podría usar la infraestructura para construir una nueva.

No le dí más vueltas y me centré en explorar; la casa contaba con dos piso, en el primero habían tres habitaciones, una sala y el comedor; en el segundo solo habían 4 cuartos y un balcón como es costumbre en este tipo de casas.

No había mucho que ver así que me quedé quieto esperando hasta que algo pasara, por 20 minutos aguarde por las "dichosas voces de ultra tumba" y las caras de miedo.

Desilusionado porque no pasaba nada, me senté recostado en una pared y me dispuse a dibujar el interior de la casa; de esa forma me tomo mi tiempo para darle un último vistazo antes de irme. Me concentré tanto en hacer bien mis dibujos que no me di cuenta de cuando "los eventos paranormales" habían empezado, y no fue hasta que oí las voces que puse atención, fue tanto el susto que me puse de pie en un instante.

Haciendo un barrido general con la vista busqué el origen estos dichosos sonidos, observando detenidamente en cada rincón, mientras que estando alerta, me dirigía despacio por la sala, armado con un trozo de madera suelta que recogí del suelo y empecé a seguir los gritos; estos se detuvieron abruptamente y lo siguiente que se oyó fueron ruidos semejantes a los que hace una rata al correr, yendo de un lado a otro hasta que cesaron de golpe, de pronto, rostros espeluznante aparecieron y desaparecieron de entre los agujeros de las paredes, dándome el susto de mi vida y haciéndo que caer de espaldas por la impresión; apenas me pude reincorporar para salir frenético de esa casa.

~Nerea~

Era medio día y estaba por salir por más provisiones cuando no muy a lo lejos divice a un ingens populi acercandose a mi morada; razón por la que debía regresar a prisa a mi escondite para defenderlo de este invasor. Era muy joven en comparación a los ingens populi que ya he visto antes, como de mi edad calculo yo; cargaba en la espalda una especie de bolsa y vestía diferente... quiero decir, su ropa se veía mucho mejor en comparación a la de los otros ingens populi que e visto por aquí; usaba pantalones azules obscuro, una camisa negra con dibujos y símbolos en el centro del pecho, también traía un abrigo gris con capucha e igual que la camiseta tenía dibujos y símbolos similares, pero más grandes que ocupaban todo el área frontal que llegaban hasta el borde donde terminaba su prenda.

El ingens populi entró a mi hogar y comenzó a merodear por todas partes; al principio pensé que solo era curioso... que se iría después de un rato, pero para mi disgusto se quedó recostado en una de las paredes en el primer piso con un extraño rectángulo que sacó de su bolsa y también un delgado palo con punta en su mano.

Abrió dicho objeto y en su interior había más rectángulos delgados de color blanco, más flexibles que una hoja de limón; esperé unos minutos más, pero la criatura no se iba... así que era hora del show.

Pequeña gran amigaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora